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jueves, 2 de agosto de 2012

10 años con MCR articulo de Kerrang, Traduccion

Diez años atrás, My Chemical Romance eran solamente “un montón de raros” de Nueva Jersey. Luego grabaron su álbum debut "I Brought You My Bullets, You Brought Me Your Love" y despegaron en la ruta de súper estrellato.

Tom Bryant revisita el comienzo del romance. 

Afuera, amenazaba una tormenta. Nubes negras como la tinta se arremolinaban sobre el pequeño estudio de Nueva Jersey, el cielo era oscuro y siniestro. Dentro del estudio de grabación de Nada, Gerard Way se quejaba y gemía.   Un absceso en un diente le había valido un trabajo dental de emergencia más temprano ese día, y el cantante había regresado delirando por los analgésicos. Mascullando, arrastrando las palabras y mareado, regresó a Nada con una boca llena de sangre y mal humor. Ciertamente no le interesaba cantar.                       
Pero el reloj avanzaba. Su banda, My Chemical Romance, y el productor Geoff Rickly sabían que había trabajo que hacer. Así que le escondieron los analgésicos. Y esa es la razón por la que Gerard les estaba chillando.
El cantante daba vueltas por el estudio, enojado, molesto y con nada de ganas de pararse frente a un micrófono. Y así es como el jefe del sello de entonces de My Chemical Romance, Alex Saavedra de Eyeball Records, decidió tomar cartas en el asunto. Le dio un puñetazo en la cara a Gerard. Muy fuerte. Luego, dijo simplemente: “Ahora ve a cantar”

Funcionó.

“Gerard estaba completamente rojo, quería matar a alguien porque estaba completamente enfurecido” dijo Geoff. “Fue y cantó y fue completamente intenso. Estaba ardiendo. Lo hizo en una sola toma y sonaba como si fuera veneno. Sonaba como alguien que quisiera destruirse a sí mismo.”
“El puñetazo fue motivador. Fue un acto de amor, creo,” dijo Gerard. “Yo estaba muy agitado y realmente nervioso, había una atmósfera de verdadera locura y yo sabía que tenía como una hora para hacer la canción. Él se me acercó y me dio un abrazo, luego me dio un puñetazo en la boca. Me quedé jodidamente irritado. Me acerqué al micrófono y lo hice bien a la primera.”
 Aullando, enojado, furioso y catártico – se sacó todo el dolor en esa sesión. Enojado por haber sido golpeado, echando humo por sus analgésicos escondidos, y encendido por el dolor en su boca, perdió la cabeza, y cantó cada vez más frenéticamente mientras gritaba, susurraba y vociferaba la brutal poesía de las letras como ‘Que alguien salve mi alma esta noche’. Pero entonces…

“… entonces John [Naclerio], el ingeniero, va y me dice ‘Mierda, eso estuvo espectacular ¿Podrías hacerlo otra vez? Estaba ajustando el panel’” agregó Gerard. “Y yo me quedé como ‘¡Carajo!’”

Así que inmediatamente, se metió ahí otra vez, desatando el dolor de nuevo sobre el micrófono. El resultado fue Vampires Will Never Hurt You, la primera canción que My Chemical Romance grabó apropiadamente. Se convertiría en la pieza central de su debut I Brought You My Bullets, You Brought Me Your Love – que cumplió diez años este mes – el nacimiento de lo que comenzó su viaje de ser lo “cabrones” de Nueva Jersey, como ellos se llamaban, a ser estrellas. Ese puñetazo fue responsable de mucho. “Hasta este día, nada le gana a la grabación de Vampires. Incluso las cosas en las que hemos gastado mucho dinero,” ha dicho Gerard. “La escuchamos en la camioneta en el viaje de vuelta. Era la canción más ruidosa, retorcida, oscura y melódica que nunca había escuchado. Era jodidamente espectacular.”    
Cuando My Chemical Romance entró en el estudio en mayo de 2002, estaban en la cima de una ola de entusiasmo. Solamente habían estado tocando juntos durante tres meses y medio, aunque ya se habían hecho fama entre todas las personas de la ciudad. De alguna manera, la química entre los cuatro – Gerard, su hermano Mikey, el guitarrista Ray Toro y el baterista Matt ‘Otter’ (Nutria) Pelissier – 
les hizo creer que esto era especial.
“Recuerdo que Gerard hablaba de hacerlo ‘en serio’,” cuenta Ray. “La mayoría de las bandas en las que habíamos estado se trataban de juntarse y divertirse. Pero hubo algo inmediato sobre la música en este caso. Sabíamos que queríamos hacérsela llegar a otras personas.”
Gerard era la fuerza impulsora.
“Había una concentración en él” agrega Ray. “Realmente quería que esto pasara. 
Había algo acerca de esto que se sentía tan bien que teníamos que seguir 
adelante.”El cantante, hasta que vio los ataques del 11 de Septiembre sobre el World Trade Center, había querido ser un dibujante de cómics. Los ataques terroristas cambiaron eso – y lo cambiaron a él también. Hasta entonces había sido algo así como una no-entidad en la cerrada escena de Nueva Jersey, un nerd de los cómics que pasaba la mayor parte de su tiempo en el sótano de sus padres antes que en conciertos. De hecho, los amigos de Mikey se reían de él por su “raro” hermano. 
Antes de producir el debut de MCR, Geoff Rickly, el cantante de los rockeros de Nueva Jersey, Thursday, era uno de de los que lo molestaba.
“Los conocía mucho antes de que fueran una banda” dice. “Mikey siempre fue el más sociable que venía a las fiestas. Siempre bromeábamos con él, le decíamos ‘¿Tu hermano sigue en casa vestido con su ropa interior, comiendo cereales y dibujando cómics?’ Pero cuando Gerard salió y finalmente lo conocí, nos hicimos amigos rápidamente. Planeamos hacer un cómic juntos algún día.”Pero Gerard ya había avanzado – y más que hacer un cómic juntos, quería que Geoff escuchara al naciente My Chemical Romance. Se le acercó en una fiesta de víspera Año Nuevo al final del 2001.
 “Me dijo ‘Mi hermano y yo vamos a empezar una banda’,” recuerda Geoff. “Dijo ‘Va en serio. Nos vamos a llamar My Chemical Romance’. Me reí y le dije solamnente,‘Bueno, al menos tienen un buen nombre. Estoy seguro que van a ser muy famosos…’.”Rickly no le dio importancia, pero accedió a mirar su práctica. Y vio, en sus propias palabras, “una banda de punk tipo NOFX”. Agregó: “Era obvio que era su primera banda seria porque no coordinaban muy bien. Luego me fui de gira con Thursday, pero recibí un llamado de Alex [Saavedra]. Me dijo ‘Amigo, tengo que contarte sobre My ChemicalRomance…’.”                                                                    Geoff escuchó un primer demo de Vampires Will Never Hurt You y quedó muy impresionado.  Me voló la cabeza,” cuenta. “Los llamé de inmediato y les dije, ‘Esto es realmente genial. Nunca he escuchado algo así’. Escuché algo de Thruday, de AFI, y otras cosas ahí metidas, pero era lo suficientemente único – especialmente para una banda de un mes. Cuando volví a casa de la gira, me pidieron que produjera el disco. Así que entre dos giras de tres meses de duración, tenía diez días libres, y tuve que ir al estudio con ellos durante siete de esos días.”

Fue esta clase de concentración e intensidad que formó los primeros años de My Chemical Romance. Después de solo tres meses tocando juntos, Gerard sintió que estaban listos para grabar un álbum. No importaba que Mikey nunca hubiera sostenido un bajo antes en su vida. “El comienzo de la banda fue bastante mágico” dice Gerard. “Sentíamos como que estábamos inspirados, que nada podía tocarnos. Nadie podía entender cómo sonábamos, solamente sabían que les gustábamos. Había una energía alrededor de nosotros – éramos como una pandilla. Así éramos entonces. Éramos una maldita pandilla.”

Habían estado tocando localmente, dando su primer concierto en el Salón de Veteranos junto con otra banda local, Pencey Prep, compuesta por el vocalista Frank Iero y el bajista John ‘Hambone’ McGuire. Ambos se sintieron inmediatamente impresionados por MCR.
“Eran un montón de raros,” recuerda Hambone. “Entonces se subían al escenario y era como, ‘¡Carajo!’ Simplemente sabías que eran algo especial. Era pura energía, puro sentimiento. 

Teníamos una broma corriente entre Pencey Prep y My Chem, en la que tratábamos de superarnos el uno al otro en el escenario. Cada noche Pencey lo intentaba, luego ellos hacían lo mismo – era una competencia amistosa. Pero esa competición nos llevó a un cierto nivel de excelencia. Nos 
desafiábamos, luego nos molestábamos los unos a otros.

”Mientras Pencey lentamente se iba al suelo, Frank empezó a pasar más y más tiempo con My Chemical Romance.“Yo estaba en todas las prácticas y conciertos porque simplemente amaba a la banda,” dice. “Era un amigo, pero también un gran fan.”  My Chemical Romance lo había notado. Mientras se acercaban más a grabar con Geoff, el productor los alentó a agregar otro guitarrista a la formación. Fue esa fatídica sesión de Vampires que convenció a Frank de unirse.                                                                                            “Fui con ellos a pasar el rato y me puse muy, muy drogado,” dice Frank. “La canción estaba sonando grandiosamente en el estudio. Ray había hecho como 14 partes de guitarra diferente – muchas al mismo tiempo – y alguien dijo, ‘¿Han pensando en agregar otro guitarrista para poder hacer esto en vivo?’ No recuerdo quién contestó, pero ellos dijeron, ‘El único tipo que consideraríamos actualmente está demasiado drogado como para pararse del sillón’.                                                                             “Solamente me quedé ahí y fingí que no había escuchado nada porque estaba tan jodidamente nervioso de que me fueran a pedir que tocara la guitarra en la canción ¡Estaba tan hecho mierda que ni siquiera podía pensar al respecto! Pero fue la primera vez que pensé que podría ser posible para mí tocar en mi banda favorita – y me asustó como la puta madre.”


Le pidieron que se uniera casi inmediatamente después de eso. Pencey Prep recientemente se había separado, y Frank no tuvo que pensarlo dos veces.
“Ese fue el mayor salto de fe que dimos,” dice Gerard. “Simplemente lo sabíamos. Sentía que nos faltaba algo y, cuando vi a Pencey Prep en el escenario, se me hizo obvio. Ya teníamos algo de dinamita, pero necesitábamos más: Frank fue la dinamita extra.”
I Brought Me Your Bullets, You Brought Me Your Love fue grabado en Nada en menos de 10 días.

“Nos estábamos divirtiendo tanto,” dice Ray. “No hacíamos todas estas cosas porque pensáramos en conseguir un contrato o algo así, era porque queríamos hacer música. Sabíamos que merecía ser escuchada.”

El estudio en sí era pequeño, pero para MCR, era un palacio. Además, trabajar con Geoff – un héroe local luego del éxito de Thrusday – era toda una experiencia.

“Para llegar al estudio en sí, tenías que entrar en un sótano a través de una habitación de lavado/secado, “ recuerda Ray. “Si hubieras estado ahí, habrías visto a un par de tipos en el sillón jugando Nintendo, luego entrabas a la sala de control donde tocábamos la mayoría de nuestras partes. Era muy divertido, y todo era nuevo para nosotros. Respetábamos mucho a Geoff también. Porque él lo 
había logrado, y nos daba esperanza de lograrlo nosotros también.”
Ray, el más técnicamente experto de la banda, descubrió que podía superponer varias pistas en el estudio, antes que tocar la parte que le tocaba en vivo. Le dio algo así como un empujón creativo.

“Tenía todas estas ideas listas en mi cabeza,” dic. “Fue muy divertido experimentar. Se sentía como una nueva experiencia que estábamos teniendo todos juntos. Todos estábamos trabajando muy, muy duro.”
Él le tocaba las canciones Frank, que entonces desaparecía en la van de la banda para componer su propia parte. El par rápidamente encontraron que sus estilos contrastantes – el de Ray más técnico, el de Frank más visceral – se complementaban cada uno.
“Eso fue muy genial para mí porque nunca había tocado con otro guitarrista antes,” dice Ray. “Él nos aportó una nueva manera de pensar y un estilo diferente a la hora de tocar. Noté la forma en que tocaba y traté de incorporar eso, y creo que él hizo lo mismo conmigo.”

Mikey, entre tanto, había empezado a tocar el bajo recientemente – su primer instrumento musical. Al ser confrontado con un estudio, un productor y canciones que debía tocar perfectamente, se paralizó.
“Estaba petrificado,” dice. “No tenía idea de lo que estaba haciendo; pasaba todo instintivamente y tocaba del corazón. Todo era nuevo para mí – solamente había tocado algo de guitarra y de bajo en el sótano de mis padres, y entonces, ahí estaba, en un estudio de grabación y todo. Daba un poco de miedo.”

Geoff rápidamente se dio cuenta de cuáles eran los puntos fuertes de cada uno: “Gerard tenía un millón de buenas ideas. Mikey tenía una gran colección musical, pero ni idea de cómo tocar el bajo. Ray era la clase de tipo que encontrabas trabajando en una tienda de guitarras – ya sabes, uno de esos que tocan genial, pero que normalmente no encuentran una banda. A veces se ponía un poco histérico con todo…”
“Me pareció que la mitad de esas canciones eran buenas, y la otra mitad no lo eran,” agrega. “Pero eran tan jóvenes que uno quería ayudarlos antes de destruir sus sueños. [El baterista] Otter era especialmente caótico. Incluso les dije que deberían pasar más tiempo practicando, o considerar el hecho de que no llegarían muy lejos con ese baterista. Me dijeron, ‘No, él es nuestro amigo’.”
Otter dejó la banda en el 2004. Entre tanto, puede que Mikey no hubiera sido un gran músico, pero sí tenía una idea muy clara de cómo debía sonar la banda: “Siempre decíamos cosas como, ‘¿No sería genial si Glenn Danzing tocara con The Smiths o si Morrisey estuviera con Misfits?’.”

También Gerard estaba concentrado en la imagen más grande.

“Quería que fuera más que una banda,” dice. “Se suponía que fuera un proyecto artístico verdaderamente intentos porque yo no tenía una salida creativamente. La banda era todo lo que tenía. Así que títulos de historias cortas que había escrito terminaron siendo los títulos de las canciones y del álbum, I Brought you My Bullets… era una historia corta que había escrito.”
“Tenía todos estos cuadernos raros llenos de escritos acerca de lo disociado que me sentía en el comienzo de mis veinte años,” agrega. “Vampires…, por ejemplo, es acerca de los primeros signos de mi alcoholismo y cómo yo sentía que estaba derrochando mi vida. Era, de manera general, acerca de sentirse como un desperdicio. Estaba muy disgustado acerca de donde yo – y todos los que conocíamos – estábamos destinados a terminar. Todos íbamos a acabar en nada. Eso es gran parte de la razón por la que nació la banda.”
Dos semanas después de entrar en Nada, tenían un álbum terminado. Cuando, el 23 de julio de 2002, lo lanzaron, la banda que llevaba lista sólo unos meses, tuvo un debut que los establecería por una década.


Los siguientes dos años los pasaron de gira. Fue allí donde se propusieron darle forma a los temas intensos y oscuros de Bullets – Gerard se disculpa con su novia “K” en los agradecimientos del álbum por escribir “todas estas cosas acerca de matarte” – y convertirlos en un visceral concierto en vivo. Salieron de gira con cualquiera y a cualquier lugar, a menudo para multitudes pequeñas, 
eventualmente aterrizando en el Reino Unido con The Used en marzo de 2003 – gira en la que conocieron a su futuro manager Brian Schechter y al hombre que luego sería su baterista, Bob Bryar.
“Yo estuve enfermo durante esa gira,” recuerda Frank. “Fue un infierno. Solamente dos de nosotros podíamos conducir una camioneta con palanca al piso y el maldito volante estaba del otro lado de la van, así que no sabíamos cómo lidiar con eso. Fue jodidamente terrible.”
Pero el rumor sobre Bullets… se había expandido, y dondequiera que fueran, encontraban público. La primera encargada de prensa de la banda en el Reino Unido, Susie Ember, recuerda el impacto.
“Sonaban muy distinto de todo lo que había escuchado hasta ese momento,” dice. “Recuerdo haber visto fotos de Gerard y pensar que parecía un Elvis punk. Fue entonces que pensé que eran especiales.”
Cuando regresaron al Reino Unido en enero de 2004 para su primer concierto titular ahí, el rumor había crecido aún más. La primera noche de la gira fue en Camden Barfly.
“Estaba lleno, y fue un concierto espectacular,” dice Susie. “Me había pasado todo el día con ellos haciéndoles entrevistas, y resultaron ser un grupo de chicos muy amables. Pero cuando subieron al escenario se metamorfosearon en una entidad completamente diferente. No esperaba esa energía. Nos voló la cabeza a todos. Realmente daban la sensación de que iban a ser grandes.”

Johnny Phillips, su promotor en el Reino Unido, también recuerda lo especial que eran esos primeros conciertos.

“Los llevé para su primera gira titular y acabé manejando la van por ellos,” cuenta, cuando la banda obviamente se había dado por vencido con la palanca al piso. “Era una locura. La primera vez que los vi en vivo fue en el Night And Day de Manchester, y Gerard me ofreció algo llamado Rocket Fuel (Gasolina de Cohete). Era diez partes de vodka, y una parte de Red Bull.”

“Tenía jeans negros descosidos, botas negras y cinta aislante alrededor de su rodilla izquierda. Antes de subir, había estado mirando su propia sombra y gritándose a sí mismo. Luego, cuando empezaron, fue el concierto más increíble que había visto. Le mandé un mensaje de texto a mi jefe diciendo: ‘Esta banda va a ser absoluta y jodidamente masiva’.”
Pasarían un par de años antes de que esa predicción se hiciera realidad, pero cuando lo hizo, nadie que los hubiera visto entonces se sorprendió. Su historia ha sido larga y retorcida – incluyendo espeluznantes titulares en el Daily Mail, conceptos atrevidos, problemas con alcohol y drogas, y tanto éxito masivo como  estricto escrutinio – pero fue I Brought You My Bullets, You Brought Me Your Love lo que comenzó todo: un álbum grabado en una quincena después de apenas tres meses y medio juntos como banda.

Y si les preguntan a los que los conocieron entonces en qué han cambiado, siempre obtendrán la misma respuesta.
“No han cambiado en nada,” dice John ‘Hambone’ McGuire. “Nunca hay tiempo para verlos porque siempre se están moviendo. Pero, cuandoquiera que vienen a casa, siempre se hacen tiempo para los viejos amigos. Pasan el rato y tratan de seguir como si nada hubiera pasado. Son una banda que saben de donde vinieron. No se han olvidado de eso.”

Y tampoco, a dondequiera que My Chemical Romance vaya en el futuro, olvidarán 
cómo comenzó todo: con un puñetazo.

Creditos: The Chemical Family

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Diez años atrás, My Chemical Romance eran solamente “un montón de raros” de Nueva Jersey. Luego grabaron su álbum debut "I Brought You My Bullets, You Brought Me Your Love" y despegaron en la ruta de súper estrellato.

Tom Bryant revisita el comienzo del romance. 

Afuera, amenazaba una tormenta. Nubes negras como la tinta se arremolinaban sobre el pequeño estudio de Nueva Jersey, el cielo era oscuro y siniestro. Dentro del estudio de grabación de Nada, Gerard Way se quejaba y gemía.   Un absceso en un diente le había valido un trabajo dental de emergencia más temprano ese día, y el cantante había regresado delirando por los analgésicos. Mascullando, arrastrando las palabras y mareado, regresó a Nada con una boca llena de sangre y mal humor. Ciertamente no le interesaba cantar.                       
Pero el reloj avanzaba. Su banda, My Chemical Romance, y el productor Geoff Rickly sabían que había trabajo que hacer. Así que le escondieron los analgésicos. Y esa es la razón por la que Gerard les estaba chillando.
El cantante daba vueltas por el estudio, enojado, molesto y con nada de ganas de pararse frente a un micrófono. Y así es como el jefe del sello de entonces de My Chemical Romance, Alex Saavedra de Eyeball Records, decidió tomar cartas en el asunto. Le dio un puñetazo en la cara a Gerard. Muy fuerte. Luego, dijo simplemente: “Ahora ve a cantar”

Funcionó.

“Gerard estaba completamente rojo, quería matar a alguien porque estaba completamente enfurecido” dijo Geoff. “Fue y cantó y fue completamente intenso. Estaba ardiendo. Lo hizo en una sola toma y sonaba como si fuera veneno. Sonaba como alguien que quisiera destruirse a sí mismo.”
“El puñetazo fue motivador. Fue un acto de amor, creo,” dijo Gerard. “Yo estaba muy agitado y realmente nervioso, había una atmósfera de verdadera locura y yo sabía que tenía como una hora para hacer la canción. Él se me acercó y me dio un abrazo, luego me dio un puñetazo en la boca. Me quedé jodidamente irritado. Me acerqué al micrófono y lo hice bien a la primera.”
 Aullando, enojado, furioso y catártico – se sacó todo el dolor en esa sesión. Enojado por haber sido golpeado, echando humo por sus analgésicos escondidos, y encendido por el dolor en su boca, perdió la cabeza, y cantó cada vez más frenéticamente mientras gritaba, susurraba y vociferaba la brutal poesía de las letras como ‘Que alguien salve mi alma esta noche’. Pero entonces…

“… entonces John [Naclerio], el ingeniero, va y me dice ‘Mierda, eso estuvo espectacular ¿Podrías hacerlo otra vez? Estaba ajustando el panel’” agregó Gerard. “Y yo me quedé como ‘¡Carajo!’”

Así que inmediatamente, se metió ahí otra vez, desatando el dolor de nuevo sobre el micrófono. El resultado fue Vampires Will Never Hurt You, la primera canción que My Chemical Romance grabó apropiadamente. Se convertiría en la pieza central de su debut I Brought You My Bullets, You Brought Me Your Love – que cumplió diez años este mes – el nacimiento de lo que comenzó su viaje de ser lo “cabrones” de Nueva Jersey, como ellos se llamaban, a ser estrellas. Ese puñetazo fue responsable de mucho. “Hasta este día, nada le gana a la grabación de Vampires. Incluso las cosas en las que hemos gastado mucho dinero,” ha dicho Gerard. “La escuchamos en la camioneta en el viaje de vuelta. Era la canción más ruidosa, retorcida, oscura y melódica que nunca había escuchado. Era jodidamente espectacular.”    
Cuando My Chemical Romance entró en el estudio en mayo de 2002, estaban en la cima de una ola de entusiasmo. Solamente habían estado tocando juntos durante tres meses y medio, aunque ya se habían hecho fama entre todas las personas de la ciudad. De alguna manera, la química entre los cuatro – Gerard, su hermano Mikey, el guitarrista Ray Toro y el baterista Matt ‘Otter’ (Nutria) Pelissier – 
les hizo creer que esto era especial.
“Recuerdo que Gerard hablaba de hacerlo ‘en serio’,” cuenta Ray. “La mayoría de las bandas en las que habíamos estado se trataban de juntarse y divertirse. Pero hubo algo inmediato sobre la música en este caso. Sabíamos que queríamos hacérsela llegar a otras personas.”
Gerard era la fuerza impulsora.
“Había una concentración en él” agrega Ray. “Realmente quería que esto pasara. 
Había algo acerca de esto que se sentía tan bien que teníamos que seguir 
adelante.”El cantante, hasta que vio los ataques del 11 de Septiembre sobre el World Trade Center, había querido ser un dibujante de cómics. Los ataques terroristas cambiaron eso – y lo cambiaron a él también. Hasta entonces había sido algo así como una no-entidad en la cerrada escena de Nueva Jersey, un nerd de los cómics que pasaba la mayor parte de su tiempo en el sótano de sus padres antes que en conciertos. De hecho, los amigos de Mikey se reían de él por su “raro” hermano. 
Antes de producir el debut de MCR, Geoff Rickly, el cantante de los rockeros de Nueva Jersey, Thursday, era uno de de los que lo molestaba.
“Los conocía mucho antes de que fueran una banda” dice. “Mikey siempre fue el más sociable que venía a las fiestas. Siempre bromeábamos con él, le decíamos ‘¿Tu hermano sigue en casa vestido con su ropa interior, comiendo cereales y dibujando cómics?’ Pero cuando Gerard salió y finalmente lo conocí, nos hicimos amigos rápidamente. Planeamos hacer un cómic juntos algún día.”Pero Gerard ya había avanzado – y más que hacer un cómic juntos, quería que Geoff escuchara al naciente My Chemical Romance. Se le acercó en una fiesta de víspera Año Nuevo al final del 2001.
 “Me dijo ‘Mi hermano y yo vamos a empezar una banda’,” recuerda Geoff. “Dijo ‘Va en serio. Nos vamos a llamar My Chemical Romance’. Me reí y le dije solamnente,‘Bueno, al menos tienen un buen nombre. Estoy seguro que van a ser muy famosos…’.”Rickly no le dio importancia, pero accedió a mirar su práctica. Y vio, en sus propias palabras, “una banda de punk tipo NOFX”. Agregó: “Era obvio que era su primera banda seria porque no coordinaban muy bien. Luego me fui de gira con Thursday, pero recibí un llamado de Alex [Saavedra]. Me dijo ‘Amigo, tengo que contarte sobre My ChemicalRomance…’.”                                                                    Geoff escuchó un primer demo de Vampires Will Never Hurt You y quedó muy impresionado.  Me voló la cabeza,” cuenta. “Los llamé de inmediato y les dije, ‘Esto es realmente genial. Nunca he escuchado algo así’. Escuché algo de Thruday, de AFI, y otras cosas ahí metidas, pero era lo suficientemente único – especialmente para una banda de un mes. Cuando volví a casa de la gira, me pidieron que produjera el disco. Así que entre dos giras de tres meses de duración, tenía diez días libres, y tuve que ir al estudio con ellos durante siete de esos días.”

Fue esta clase de concentración e intensidad que formó los primeros años de My Chemical Romance. Después de solo tres meses tocando juntos, Gerard sintió que estaban listos para grabar un álbum. No importaba que Mikey nunca hubiera sostenido un bajo antes en su vida. “El comienzo de la banda fue bastante mágico” dice Gerard. “Sentíamos como que estábamos inspirados, que nada podía tocarnos. Nadie podía entender cómo sonábamos, solamente sabían que les gustábamos. Había una energía alrededor de nosotros – éramos como una pandilla. Así éramos entonces. Éramos una maldita pandilla.”

Habían estado tocando localmente, dando su primer concierto en el Salón de Veteranos junto con otra banda local, Pencey Prep, compuesta por el vocalista Frank Iero y el bajista John ‘Hambone’ McGuire. Ambos se sintieron inmediatamente impresionados por MCR.
“Eran un montón de raros,” recuerda Hambone. “Entonces se subían al escenario y era como, ‘¡Carajo!’ Simplemente sabías que eran algo especial. Era pura energía, puro sentimiento. 

Teníamos una broma corriente entre Pencey Prep y My Chem, en la que tratábamos de superarnos el uno al otro en el escenario. Cada noche Pencey lo intentaba, luego ellos hacían lo mismo – era una competencia amistosa. Pero esa competición nos llevó a un cierto nivel de excelencia. Nos 
desafiábamos, luego nos molestábamos los unos a otros.

”Mientras Pencey lentamente se iba al suelo, Frank empezó a pasar más y más tiempo con My Chemical Romance.“Yo estaba en todas las prácticas y conciertos porque simplemente amaba a la banda,” dice. “Era un amigo, pero también un gran fan.”  My Chemical Romance lo había notado. Mientras se acercaban más a grabar con Geoff, el productor los alentó a agregar otro guitarrista a la formación. Fue esa fatídica sesión de Vampires que convenció a Frank de unirse.                                                                                            “Fui con ellos a pasar el rato y me puse muy, muy drogado,” dice Frank. “La canción estaba sonando grandiosamente en el estudio. Ray había hecho como 14 partes de guitarra diferente – muchas al mismo tiempo – y alguien dijo, ‘¿Han pensando en agregar otro guitarrista para poder hacer esto en vivo?’ No recuerdo quién contestó, pero ellos dijeron, ‘El único tipo que consideraríamos actualmente está demasiado drogado como para pararse del sillón’.                                                                             “Solamente me quedé ahí y fingí que no había escuchado nada porque estaba tan jodidamente nervioso de que me fueran a pedir que tocara la guitarra en la canción ¡Estaba tan hecho mierda que ni siquiera podía pensar al respecto! Pero fue la primera vez que pensé que podría ser posible para mí tocar en mi banda favorita – y me asustó como la puta madre.”


Le pidieron que se uniera casi inmediatamente después de eso. Pencey Prep recientemente se había separado, y Frank no tuvo que pensarlo dos veces.
“Ese fue el mayor salto de fe que dimos,” dice Gerard. “Simplemente lo sabíamos. Sentía que nos faltaba algo y, cuando vi a Pencey Prep en el escenario, se me hizo obvio. Ya teníamos algo de dinamita, pero necesitábamos más: Frank fue la dinamita extra.”
I Brought Me Your Bullets, You Brought Me Your Love fue grabado en Nada en menos de 10 días.

“Nos estábamos divirtiendo tanto,” dice Ray. “No hacíamos todas estas cosas porque pensáramos en conseguir un contrato o algo así, era porque queríamos hacer música. Sabíamos que merecía ser escuchada.”

El estudio en sí era pequeño, pero para MCR, era un palacio. Además, trabajar con Geoff – un héroe local luego del éxito de Thrusday – era toda una experiencia.

“Para llegar al estudio en sí, tenías que entrar en un sótano a través de una habitación de lavado/secado, “ recuerda Ray. “Si hubieras estado ahí, habrías visto a un par de tipos en el sillón jugando Nintendo, luego entrabas a la sala de control donde tocábamos la mayoría de nuestras partes. Era muy divertido, y todo era nuevo para nosotros. Respetábamos mucho a Geoff también. Porque él lo 
había logrado, y nos daba esperanza de lograrlo nosotros también.”
Ray, el más técnicamente experto de la banda, descubrió que podía superponer varias pistas en el estudio, antes que tocar la parte que le tocaba en vivo. Le dio algo así como un empujón creativo.

“Tenía todas estas ideas listas en mi cabeza,” dic. “Fue muy divertido experimentar. Se sentía como una nueva experiencia que estábamos teniendo todos juntos. Todos estábamos trabajando muy, muy duro.”
Él le tocaba las canciones Frank, que entonces desaparecía en la van de la banda para componer su propia parte. El par rápidamente encontraron que sus estilos contrastantes – el de Ray más técnico, el de Frank más visceral – se complementaban cada uno.
“Eso fue muy genial para mí porque nunca había tocado con otro guitarrista antes,” dice Ray. “Él nos aportó una nueva manera de pensar y un estilo diferente a la hora de tocar. Noté la forma en que tocaba y traté de incorporar eso, y creo que él hizo lo mismo conmigo.”

Mikey, entre tanto, había empezado a tocar el bajo recientemente – su primer instrumento musical. Al ser confrontado con un estudio, un productor y canciones que debía tocar perfectamente, se paralizó.
“Estaba petrificado,” dice. “No tenía idea de lo que estaba haciendo; pasaba todo instintivamente y tocaba del corazón. Todo era nuevo para mí – solamente había tocado algo de guitarra y de bajo en el sótano de mis padres, y entonces, ahí estaba, en un estudio de grabación y todo. Daba un poco de miedo.”

Geoff rápidamente se dio cuenta de cuáles eran los puntos fuertes de cada uno: “Gerard tenía un millón de buenas ideas. Mikey tenía una gran colección musical, pero ni idea de cómo tocar el bajo. Ray era la clase de tipo que encontrabas trabajando en una tienda de guitarras – ya sabes, uno de esos que tocan genial, pero que normalmente no encuentran una banda. A veces se ponía un poco histérico con todo…”
“Me pareció que la mitad de esas canciones eran buenas, y la otra mitad no lo eran,” agrega. “Pero eran tan jóvenes que uno quería ayudarlos antes de destruir sus sueños. [El baterista] Otter era especialmente caótico. Incluso les dije que deberían pasar más tiempo practicando, o considerar el hecho de que no llegarían muy lejos con ese baterista. Me dijeron, ‘No, él es nuestro amigo’.”
Otter dejó la banda en el 2004. Entre tanto, puede que Mikey no hubiera sido un gran músico, pero sí tenía una idea muy clara de cómo debía sonar la banda: “Siempre decíamos cosas como, ‘¿No sería genial si Glenn Danzing tocara con The Smiths o si Morrisey estuviera con Misfits?’.”

También Gerard estaba concentrado en la imagen más grande.

“Quería que fuera más que una banda,” dice. “Se suponía que fuera un proyecto artístico verdaderamente intentos porque yo no tenía una salida creativamente. La banda era todo lo que tenía. Así que títulos de historias cortas que había escrito terminaron siendo los títulos de las canciones y del álbum, I Brought you My Bullets… era una historia corta que había escrito.”
“Tenía todos estos cuadernos raros llenos de escritos acerca de lo disociado que me sentía en el comienzo de mis veinte años,” agrega. “Vampires…, por ejemplo, es acerca de los primeros signos de mi alcoholismo y cómo yo sentía que estaba derrochando mi vida. Era, de manera general, acerca de sentirse como un desperdicio. Estaba muy disgustado acerca de donde yo – y todos los que conocíamos – estábamos destinados a terminar. Todos íbamos a acabar en nada. Eso es gran parte de la razón por la que nació la banda.”
Dos semanas después de entrar en Nada, tenían un álbum terminado. Cuando, el 23 de julio de 2002, lo lanzaron, la banda que llevaba lista sólo unos meses, tuvo un debut que los establecería por una década.


Los siguientes dos años los pasaron de gira. Fue allí donde se propusieron darle forma a los temas intensos y oscuros de Bullets – Gerard se disculpa con su novia “K” en los agradecimientos del álbum por escribir “todas estas cosas acerca de matarte” – y convertirlos en un visceral concierto en vivo. Salieron de gira con cualquiera y a cualquier lugar, a menudo para multitudes pequeñas, 
eventualmente aterrizando en el Reino Unido con The Used en marzo de 2003 – gira en la que conocieron a su futuro manager Brian Schechter y al hombre que luego sería su baterista, Bob Bryar.
“Yo estuve enfermo durante esa gira,” recuerda Frank. “Fue un infierno. Solamente dos de nosotros podíamos conducir una camioneta con palanca al piso y el maldito volante estaba del otro lado de la van, así que no sabíamos cómo lidiar con eso. Fue jodidamente terrible.”
Pero el rumor sobre Bullets… se había expandido, y dondequiera que fueran, encontraban público. La primera encargada de prensa de la banda en el Reino Unido, Susie Ember, recuerda el impacto.
“Sonaban muy distinto de todo lo que había escuchado hasta ese momento,” dice. “Recuerdo haber visto fotos de Gerard y pensar que parecía un Elvis punk. Fue entonces que pensé que eran especiales.”
Cuando regresaron al Reino Unido en enero de 2004 para su primer concierto titular ahí, el rumor había crecido aún más. La primera noche de la gira fue en Camden Barfly.
“Estaba lleno, y fue un concierto espectacular,” dice Susie. “Me había pasado todo el día con ellos haciéndoles entrevistas, y resultaron ser un grupo de chicos muy amables. Pero cuando subieron al escenario se metamorfosearon en una entidad completamente diferente. No esperaba esa energía. Nos voló la cabeza a todos. Realmente daban la sensación de que iban a ser grandes.”

Johnny Phillips, su promotor en el Reino Unido, también recuerda lo especial que eran esos primeros conciertos.

“Los llevé para su primera gira titular y acabé manejando la van por ellos,” cuenta, cuando la banda obviamente se había dado por vencido con la palanca al piso. “Era una locura. La primera vez que los vi en vivo fue en el Night And Day de Manchester, y Gerard me ofreció algo llamado Rocket Fuel (Gasolina de Cohete). Era diez partes de vodka, y una parte de Red Bull.”

“Tenía jeans negros descosidos, botas negras y cinta aislante alrededor de su rodilla izquierda. Antes de subir, había estado mirando su propia sombra y gritándose a sí mismo. Luego, cuando empezaron, fue el concierto más increíble que había visto. Le mandé un mensaje de texto a mi jefe diciendo: ‘Esta banda va a ser absoluta y jodidamente masiva’.”
Pasarían un par de años antes de que esa predicción se hiciera realidad, pero cuando lo hizo, nadie que los hubiera visto entonces se sorprendió. Su historia ha sido larga y retorcida – incluyendo espeluznantes titulares en el Daily Mail, conceptos atrevidos, problemas con alcohol y drogas, y tanto éxito masivo como  estricto escrutinio – pero fue I Brought You My Bullets, You Brought Me Your Love lo que comenzó todo: un álbum grabado en una quincena después de apenas tres meses y medio juntos como banda.

Y si les preguntan a los que los conocieron entonces en qué han cambiado, siempre obtendrán la misma respuesta.
“No han cambiado en nada,” dice John ‘Hambone’ McGuire. “Nunca hay tiempo para verlos porque siempre se están moviendo. Pero, cuandoquiera que vienen a casa, siempre se hacen tiempo para los viejos amigos. Pasan el rato y tratan de seguir como si nada hubiera pasado. Son una banda que saben de donde vinieron. No se han olvidado de eso.”

Y tampoco, a dondequiera que My Chemical Romance vaya en el futuro, olvidarán 
cómo comenzó todo: con un puñetazo.

Creditos: The Chemical Family

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