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viernes, 19 de noviembre de 2010

Kerrang Noviembre: El regreso de MCR



“Es bueno estar de vuelta”
Por Tom Bryant

My Chemical Romance hicieron un extraordinario regreso al Reino Unido el mes pasado. Pero aparte de los nervios de la banda sobre sus primeros shows aquí en casi tres años, ellos revelan un regreso. Aquí está el porqué están más felices que nunca de volver a la acción…


Tras el escenario, momentos antes de que My Chemical Romance haga su primer show en el Reino Unido por mas de dos años, hay una curiosa mezcla de emociones en el camerino.
Ray Toro, el guitarrista de la banda, está balbuceando emocionado. Siempre optimista, siempre alegre, hablándole a todo el equipo de la banda y al nuevo baterista, Mike Pedicone. Corriendo hacia el setlist, apunta unas canciones particulares, pequeñas cosas que más tarde sucederán en el escenario. Sus ojos brillan y aún parece incapaz de sentarse. Ha estado golpeando sus manos sobre sus rodillas, tocando el ritmo junto a Mike, cantando un poco en voz baja, dirigiendo la música de la banda.


“Esto es tan loco”, dice, anticipándose al show, acercando la atmosfera. “Hay una vibra tan buena, amamos este lugar. Estamos tan entusiasmados de volver a hacer esto. Cuando hicimos nuestra prueba de sonido, hoy temprano, tocamos casi todo el set porque lo estábamos disfrutando mucho. Si estás tocando una canción un par de veces sólo porque amas tocarla, entonces eso es una cosa muy buena”.


Caminando a su rededor está el bajista de MCR, Mikey Way. Él está listo con su guitarra colgando de él, punteando sin descanso sus cuerdas, el instrumento desenchufado haciendo estos ruidos sordos mientras calienta sus dedos desde arriba hacia abajo por el diapasón. Él también está extasiado.
“Estoy muy, muy entusiasmado”, dice él. “Extrañaba todo esto. Tuvimos un tiempo libre para sentarnos y oler las rosas recientemente y nos dimos cuenta de algo: este es el mejor trabajo que posiblemente pudiésemos tener. No hay nada mejor. Cada día despierto y pienso ‘Wow, esto es lo que hago para vivir’.”


Frank Iero está cocinando su propia comida en una mesa baja donde el conductor de la banda se sienta. Él es más prudente que Ray y Mikey sobre la presentación. Frank siempre ha sido el miembro de MCR más enamorado por tocar en vivo, pero hoy está un poquito ansioso. Esto será, después de todo, la primera vez que muestran nuevas canciones de su cuarto álbum, Danger Days: The True Lives of The Fabulous Killjoys en cualquier lugar en el mundo.
“Estoy entusiasmado pero un poquito nervioso. Supongo que eso es bueno”, dice. “Es aterrador cuando no tienes las mariposas. Es una audiencia grande y la gente está emocionada por vernos así que creo que estoy nervioso de buena forma, cuando tu solo quieres darle un buen show a la gente”.


Gerard Way, en cambio, luce muy preocupado. Él está callado. Normalmente, él es el hablador de la banda, el que hace ruiditos desde sus labios y antes, en los camerinos de los lugares, aunque esté lleno de energía o drenado por la misma, él siempre tenía algo que decir. Hoy no. Hoy está aprehensivo, abrochando sus botas, sentándose primero, luego poniéndose de pie, luego sentándose otra vez.
“No es que esté preocupado…de hecho…”, se interrumpe. “Oh Dios mío, debo tocar en una hora.”
Vuelve a abrochar sus botas, con la mirada hacia abajo, dentro de su propio mundo.


Fuera del camerino, si te encaminas por los pasillos y las escaleras que te llevan al escenario del Hammersmith Apollo, puedes escuchar un constante zumbido, un sonido bajo que va creciendo más fuerte mientras avanzas. Es más como un murmullo, situando la energía del entusiasmo. Pasando los pasajes de los camerinos, serpenteando su camino desde la audiencia no tan paciente esperando por la banda.
Muchos de esos al frente han estado aquí desde la noche anterior. Envueltos en frazadas y bolsas de dormir, durmieron en las calles del Hammersmith, en una de las noches más heladas del año, para ser el primero en el edificio. Ellos necesitan estar en primera fila; ellos tienen que tocar una poca distancia con la banda. Para ellos, MCR no son un grupo ordinario.
“Ellos han estado ahí afuera sin chaquetas, sin café o chocolate ni nada de eso, no sé cómo lo hacen”, dice Mikey. “Han estado afuera por 20 horas. Que Dios los bendiga”.
“Hemos estado escuchando al publico gritando afuera todo el día”, dice Ray. “También los escuchamos gritar cuando ellos vinieron al edificio. Esto será una locura.”
Muchos de esos fans también están disfrazados, vestidos como los personajes Killjoys, inspirados por las nuevas personificaciones de Party Poison (Gerard), Jet Star (Ray), Fun Ghoul (Frank) y Kobra Kid (Mikey). Todos en el lugar del evento tienen colores para mostrar, líneas coloridas, estrellas, chaquetas de cuero y cabello teñido entre los fans disfrazados. Incluso hay uno parecido a Gerard Way, con cabello rojo brillante y lentes, quien camina de arriba hacia abajo tratando de llamar la atención.


Dentro, la banda está impresionada de que sus fans hayan digerido su idea. La noche anterior, Gerard había dicho que nadie llegaría disfrazado.
“Más les vale a los chicos que vengan vestidos bien desastrosos”, me dijo maliciosamente y bromeando a medias. “Espero no decepcionarme. Si no están personificados, voy a estar como ‘No sé si quiero continuar con esto…’. Espero que haya máscaras, si no me voy a enojar. ¿Cuál es el maldito punto si no se van a disfrazar? Si no vienen hacia mi y me dicen su nombre Killjoy, me voy a deprimir.”


Él no estaba decepcionado. En un corto encuentro antes del show, la banda fue presentada a un exclusivo grupo de ganadores de un concurso, algunos de ellos disfrazados, muchos de ellos entusiasmados de conocer a My Chemical Romance. Ellos les dijeron sus nombres Killjoys, pusieron en frente algunas revistas y tickets para que fuesen autografiados, les ofrecieron pasteles que habían comprado para ellos y le dijeron a cada uno lo que significan para la gente.
Otra vez, las reacciones que MCR parecen provocar a sus fans son diferentes, más intensas, que otras bandas.
Pero fue aquí donde los nervios de Gerard comenzaron a aparecer, podías verlo retirarse.
“¿Me notaste callado allí?”, preguntó mas tarde. “Usualmente disfruto los encuentros, pero estaba como muerto detrás de mis ojos”.
Y así es como las preparaciones de MCR comenzaron para enfrentar al público, su cantante se puso tenso y estricto por cada minuto que pasaba. Mientras afuera, la anticipación avanzaba como fiebre.


Un día antes, 22 de Octubre, MCR se encontraba en West London para una sesión de fotos. Ellos han estado aquí por 12 horas, haciendo sesiones, entrevistas, luego sesiones, luego entrevistas, y así. Lucen cansados. Pero, ellos dicen que están felices de hacer todo eso.
“Debemos hacerlo, no hay sentido en quejarse”, dice Gerard mientras se acerca la última entrevista del día. “De alguna forma me siento como en una oficina. Creo que es bueno verlo de esa forma porque me enfoca más y me quejo menos. Estoy aquí para trabajar, pero también para pasarla bien.”
Y es ese reciente sentimiento lo que guía la luz de la banda ahora: ellos quieren divertirse.


Previamente las giras se habían convertido en algo semejante a una tarea para la banda mientras las fechas parecían interminables en el horizonte. Para el final del proceso que acompañaba su tercer álbum The Black Parade, ellos dijeron sentirse en un triturador de quesos. Estaban determinados a no repetirlo otra vez.
“Sólo quiero que tengamos una aventura con este disco”, dice Gerard. “Creo que con Parade nos robaron eso. No me estoy quejando sobre eso y no es culpa de nadie, siento que fuimos a lugares asombrosos pero realmente no los vimos ni los disfrutamos. Pasamos por mucha mierda y nos cansamos y hartamos, pero esta vez solo quiero tener una gran aventura con mis amigos.”


La actual aventura en el Reino Unido comenzó un día antes, cuando Gerard, Ray y Mikey llegaron en el vuelo de las 9:30 de la mañana desde los Estados Unidos; Frank llegó más tarde en un vuelo diferente desde New Jersey. Luego, Gerard se fue de compras.
“Encontré esta tienda llamada Selfridges”, dice con los ojos muy abiertos y llenos de júbilo. “Nunca había ido antes. Perdí mi maldita mente allí.”
Él se arrastró en el enorme departamento de compras de Londres, entusiasmado probándose ropa y luego secretamente maldiciendo a la persona que lo llevó allí.
“Él estaba preguntándome ‘¿Qué mierda estabas pensando cuando me trajiste aquí?’,” dice Ray. “Él estaba comprando demasiado.”
Cuanto gastó, es algo que lo pone tímido revelar.
“Bueno, tengo esta chaqueta, tengo esa cosa, tengo esto…” dice, comenzando a hacer una lista de sus compras. Luego se detiene y observa mortificado. “De hecho no puedo decir cuánto gasté, sería vergonzoso! La gente pensará que soy un imbécil. Dirán ‘Este tipo se vendió’. Eso es cuanto gasté.”
Sus compañeros de banda se burlan del horror en su cara, luego se echan a reir.
Es un sonido agradable de escuchar, esa risa de My Chemical Romance. Mientras que la gira de The Black Parade había enterrado eso, fue una cosa rara que evolucionó en la banda.


Recientemente, han estado haciendo mucho mientras el espíritu de la diversión y la aventura se ha fundido más en sus esfuerzos.
Primero vino el video que hicieron para acompañar Na Na Na, el primer single del álbum, en el cual corren por el desierto haciendo explotar todo. No se necesita demasiado para decir cuán divertido debió ser eso.
“La idea era…nosotros diciendo: ‘lo que sea,” dice Gerard. “Pensabamos muchas cosas locas y luego hicimos que sucedieran.”
“Construimos una estructura, un mundo donde nosotros pudiésemos vivir,” dice Frank, “luego hicimos lo que quisiéramos hacer. Fue grandioso. Sólo pensábamos en hacer cosas divertidas.”
Luego de eso, filmaron el video para SING, el que sería el tercer single de Danger Days…en él, ellos gastaron mucho tiempo haciendo estallar a policías con pistolas laser.
“Sólo imagina: somos cuatro hombres ya crecidos, rodeando una oficina de policías y disparándoles por horas,” dice Gerard. “No hay una presentación musical en el video, solo somos nosotros disparándole a los policías. Fue como ser un niño.”
“Imagina cuán divertido fue eso,” dice Ray. “No podía creer lo que estábamos haciendo. Ese es el tema de este disco: pasarla bien.”


Diversión es algo que ellos también tienen cuando están jugando. En medio de las balaceras y explosiones, ellos han pasado las últimas semanas ensayando intensamente en Los Angeles. Luego de grabar Danger Days…en un estudio, en lugar del encuentro en vivo, los ensayos marcaron la primera vez en dos años que la banda tocaba junta como grupo.
“La pasamos tan bien” dice Mikey. “Fue tan divertido tocar juntos otra vez. Había un par de canciones que no podíamos parar de tocar. Tocamos The Kids From Yesterday tantas veces, una y otra vez. El chico que trabajó con nosotros en el estudio vino cuando finalmente terminamos y dijo ‘Hey! Sigan tocando esa canción!’. Estabamos tan extasiados.”
También tuvieron que asentar al nuevo baterista Mike, quien tocó con The Bled y Gavin Rossdale, y se ha unido a la banda para las presentaciones en vivo reemplazando a Bob Bryar.
“Él nos hace sonar como animales”, dice Gerard del nuevo hombre. “Él realmente masacra la batería, he tenido que hacer menos trabajo ahora, él nos hace lucir rudos.”
“Con Pedicone, hay una intensidad y energía diferentes”, dice Ray. “Él levantó nuestras vibras inmediatamente. Hemos estado improvisando por media hora entre medio de las canciones y él ha encontrado acentos que antes no estaban ahí. Eso ha sido de verdad muy emocionante.”


También han tenido que resolver cómo tocar las nuevas canciones ya que éstas fueron construidas en el estudio, lo que significa que nunca antes las tocaron como una banda.
“Nunca tocamos SING todos juntos, por ejemplo,” dice Frank. “Fue escrita pieza por pieza en el estudio, comenzando con una mezcla de batería, luego se adhirió una melodía. Así que básicamente tuvimos que trabajar para aprender como mierda tocarla en vivo.”
“Traspasar las canciones de The Black Parade para tocarlas en vivo fue algo aterrador,” dice Gerard. “Hay canciones en ese disco que aun son un horror extremo al tener que tocarlas en vivo. Esta cosa fue completamente opuesta. Incluso las canciones que tienen elementos digitales, con muestras y todo, son liberadoras de alguna forma, por que suenan grandiosas.”


Mientras My Chemical Romance habla, cada tanto suena un teléfono. Uno de esos rings es un mensaje de la esposa de Frank, conteniendo una reciente fotografía de sus recién nacidas gemelas, Cherry y Lily, disfrutando su primer día en la playa. Él luce momentáneamente dolido al verse al otro lado del mundo, perdiéndose aquello. Luego se rie.
“De hecho, ellas lucen bastante enojadas de estar en la playa. Pero, no, es realmente difícil. Si extrañas mucho. Las extraño más de lo que alguna vez pudiese imaginar extrañar algo. Pero amo estar en una banda también y debemos estar aquí. Soy afortunado de poder hacer las dos cosas.
Nunca pensé que diría esto, pero gracias a Dios por la tecnología. He estado en contra de la tecnología durante toda mi vida, pero hasta que tuve a mis bebés y tuve que irme, me di cuenta de lo grandiosa que puede ser.”
Gerard también ha tenido que dejar atrás a su hija Bandit, algo mayor que las niñas de Frank. A diferencia de Frank, él aún no ha estado agarrado a la tecnología para verla.
“Tendré que aprender a usar toda esa cosa de Skype porque no tengo idea como hacer eso”, dice. “Supongo que tengo más tiempo que Frank para prepararme por no estar con mi familia, pero todavía es difícil estar completamente preparado para esa primera vez que debes irte. Pero cuando ella sea mayor, podrá venir a los conciertos. Le pondré esos audífonos gigantes. O podrá comenzar una banda con las niñas de Frank. Tienen nombres lo suficientemente locos para una banda, ¿cierto?.”


Al día siguiente, los pensamientos sobre su vida en sus hogares están lejos de su mente. De hecho, cuando llegan al escenario de Hammersmith, los pensamientos sobre cualquier cosa deben ser duros, así como el total de la pared de sonido que crece cuando ellos aparecen.
El volumen de gritos es simplemente abrumador; un gemido largo que explota en un rugido agudo que explota en una espera ensordecedora. Esta no es una reacción ordinaria de ver en una banda; esto es algo que va más lejos de los límites normales de ser un fanático. La recepción que ofrecen a My Chemical Romance es algo cercano a la devoción. Es un hormigueo en la columna vertebral y todos aquí esta noche parecen conocerlo.


Mientras los proyectores llenan el lugar, mientras la banda comienza el set, la gente entra en crisis entre ellos, tratando de acercarse entre apretones para estar más cerca de la banda. Desde el final de la sala, puedes escuchar apenas lo que está sucediendo en el escenario, con un largo y profundo grito desde la audiencia. Si MCR tiene alguna preocupación de que la gente los haya olvidado en estos dos años que estuvieron lejos, eso ha desaparecido con las primeras notas de Na Na Na. Si estaban preocupados de que ya no tuviesen aquella magia, les han repetido constantemente esta noche que, ellos la tienen a sus anchas.


Es un show extraordinario, especialmente hecho por la reacción del público. Mientras Frank da vueltas hacia atrás, mientras Gerard besa a alguien del público, mientras Mikey gira y Ray se recarga desde el frente del escenario hacia atrás, sientes que My Chemical Romance lo sabe también.


Más tarde, ellos no se encuentran drenados en el camerino. Ellos no están tan cansados limpiándose con toallas. En vez de eso se encuentran bebiendo unos tragos, tranquilamente aliviándose de su noche, conversando con quien sea que estuviese tras de los escenarios.
“Hubo mucho amor en esa sala”, dice Gerard, sonriendo de oreja a oreja. “Desde el frente a la parte trasera, desde el fondo hasta arriba, todos parecían muy felices de vernos. Cuando salí, miré a Ray y literalmente no podía creer lo que estábamos por hacer. Sentí como si fuese un sueño. Sentí como si nunca antes lo hubiera hecho. De pronto la canción comenzó y pensé ‘Woah! Es mejor que lo hagamos!’. Nunca me sentí así antes. Nunca. Se sintió tan malditamente bien, de verdad muy bien.”



“Hubo un momento a mitad del camino en donde me di cuenta que esto es lo que hago,” dice Frank. “Pude haber tocado toda la noche. No puedo creer cuan afortunados somos. ¿Conoces esa escena en la película Reservoir Dogs donde todos se van a trabajar? Tan pronto como escuché los rugidos del público, me sentí listo para matar la mierda. No dejo de pensar, no puedo esperar a que mis hijas crezcan para que vean lo que sus padres hacen.”
Mientras el camerino se llena de gente bienvenida, con amigos, gente de la compañía disquera, espectadores y encargados, el volumen de las conversaciones llega alto. Pero después de todo, son sus cuatro voces las mas fuertes de entre todos, y todo lo que ellos hacen es hablar de lo que acaban de hacer. Porque, para My Chemical Romance, esto no fue otro show más. Esto fue su regreso.
“Se siente como que estamos destinados a hacer esto,” dice Ray, finalmente. “Cuando estábamos en el escenario, recién, sentimos como que volvimos a casa. Se siente tan bien estar de vuelta.”


Agradecimientos: You're Not In This Alone.

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“Es bueno estar de vuelta”
Por Tom Bryant

My Chemical Romance hicieron un extraordinario regreso al Reino Unido el mes pasado. Pero aparte de los nervios de la banda sobre sus primeros shows aquí en casi tres años, ellos revelan un regreso. Aquí está el porqué están más felices que nunca de volver a la acción…


Tras el escenario, momentos antes de que My Chemical Romance haga su primer show en el Reino Unido por mas de dos años, hay una curiosa mezcla de emociones en el camerino.
Ray Toro, el guitarrista de la banda, está balbuceando emocionado. Siempre optimista, siempre alegre, hablándole a todo el equipo de la banda y al nuevo baterista, Mike Pedicone. Corriendo hacia el setlist, apunta unas canciones particulares, pequeñas cosas que más tarde sucederán en el escenario. Sus ojos brillan y aún parece incapaz de sentarse. Ha estado golpeando sus manos sobre sus rodillas, tocando el ritmo junto a Mike, cantando un poco en voz baja, dirigiendo la música de la banda.


“Esto es tan loco”, dice, anticipándose al show, acercando la atmosfera. “Hay una vibra tan buena, amamos este lugar. Estamos tan entusiasmados de volver a hacer esto. Cuando hicimos nuestra prueba de sonido, hoy temprano, tocamos casi todo el set porque lo estábamos disfrutando mucho. Si estás tocando una canción un par de veces sólo porque amas tocarla, entonces eso es una cosa muy buena”.


Caminando a su rededor está el bajista de MCR, Mikey Way. Él está listo con su guitarra colgando de él, punteando sin descanso sus cuerdas, el instrumento desenchufado haciendo estos ruidos sordos mientras calienta sus dedos desde arriba hacia abajo por el diapasón. Él también está extasiado.
“Estoy muy, muy entusiasmado”, dice él. “Extrañaba todo esto. Tuvimos un tiempo libre para sentarnos y oler las rosas recientemente y nos dimos cuenta de algo: este es el mejor trabajo que posiblemente pudiésemos tener. No hay nada mejor. Cada día despierto y pienso ‘Wow, esto es lo que hago para vivir’.”


Frank Iero está cocinando su propia comida en una mesa baja donde el conductor de la banda se sienta. Él es más prudente que Ray y Mikey sobre la presentación. Frank siempre ha sido el miembro de MCR más enamorado por tocar en vivo, pero hoy está un poquito ansioso. Esto será, después de todo, la primera vez que muestran nuevas canciones de su cuarto álbum, Danger Days: The True Lives of The Fabulous Killjoys en cualquier lugar en el mundo.
“Estoy entusiasmado pero un poquito nervioso. Supongo que eso es bueno”, dice. “Es aterrador cuando no tienes las mariposas. Es una audiencia grande y la gente está emocionada por vernos así que creo que estoy nervioso de buena forma, cuando tu solo quieres darle un buen show a la gente”.


Gerard Way, en cambio, luce muy preocupado. Él está callado. Normalmente, él es el hablador de la banda, el que hace ruiditos desde sus labios y antes, en los camerinos de los lugares, aunque esté lleno de energía o drenado por la misma, él siempre tenía algo que decir. Hoy no. Hoy está aprehensivo, abrochando sus botas, sentándose primero, luego poniéndose de pie, luego sentándose otra vez.
“No es que esté preocupado…de hecho…”, se interrumpe. “Oh Dios mío, debo tocar en una hora.”
Vuelve a abrochar sus botas, con la mirada hacia abajo, dentro de su propio mundo.


Fuera del camerino, si te encaminas por los pasillos y las escaleras que te llevan al escenario del Hammersmith Apollo, puedes escuchar un constante zumbido, un sonido bajo que va creciendo más fuerte mientras avanzas. Es más como un murmullo, situando la energía del entusiasmo. Pasando los pasajes de los camerinos, serpenteando su camino desde la audiencia no tan paciente esperando por la banda.
Muchos de esos al frente han estado aquí desde la noche anterior. Envueltos en frazadas y bolsas de dormir, durmieron en las calles del Hammersmith, en una de las noches más heladas del año, para ser el primero en el edificio. Ellos necesitan estar en primera fila; ellos tienen que tocar una poca distancia con la banda. Para ellos, MCR no son un grupo ordinario.
“Ellos han estado ahí afuera sin chaquetas, sin café o chocolate ni nada de eso, no sé cómo lo hacen”, dice Mikey. “Han estado afuera por 20 horas. Que Dios los bendiga”.
“Hemos estado escuchando al publico gritando afuera todo el día”, dice Ray. “También los escuchamos gritar cuando ellos vinieron al edificio. Esto será una locura.”
Muchos de esos fans también están disfrazados, vestidos como los personajes Killjoys, inspirados por las nuevas personificaciones de Party Poison (Gerard), Jet Star (Ray), Fun Ghoul (Frank) y Kobra Kid (Mikey). Todos en el lugar del evento tienen colores para mostrar, líneas coloridas, estrellas, chaquetas de cuero y cabello teñido entre los fans disfrazados. Incluso hay uno parecido a Gerard Way, con cabello rojo brillante y lentes, quien camina de arriba hacia abajo tratando de llamar la atención.


Dentro, la banda está impresionada de que sus fans hayan digerido su idea. La noche anterior, Gerard había dicho que nadie llegaría disfrazado.
“Más les vale a los chicos que vengan vestidos bien desastrosos”, me dijo maliciosamente y bromeando a medias. “Espero no decepcionarme. Si no están personificados, voy a estar como ‘No sé si quiero continuar con esto…’. Espero que haya máscaras, si no me voy a enojar. ¿Cuál es el maldito punto si no se van a disfrazar? Si no vienen hacia mi y me dicen su nombre Killjoy, me voy a deprimir.”


Él no estaba decepcionado. En un corto encuentro antes del show, la banda fue presentada a un exclusivo grupo de ganadores de un concurso, algunos de ellos disfrazados, muchos de ellos entusiasmados de conocer a My Chemical Romance. Ellos les dijeron sus nombres Killjoys, pusieron en frente algunas revistas y tickets para que fuesen autografiados, les ofrecieron pasteles que habían comprado para ellos y le dijeron a cada uno lo que significan para la gente.
Otra vez, las reacciones que MCR parecen provocar a sus fans son diferentes, más intensas, que otras bandas.
Pero fue aquí donde los nervios de Gerard comenzaron a aparecer, podías verlo retirarse.
“¿Me notaste callado allí?”, preguntó mas tarde. “Usualmente disfruto los encuentros, pero estaba como muerto detrás de mis ojos”.
Y así es como las preparaciones de MCR comenzaron para enfrentar al público, su cantante se puso tenso y estricto por cada minuto que pasaba. Mientras afuera, la anticipación avanzaba como fiebre.


Un día antes, 22 de Octubre, MCR se encontraba en West London para una sesión de fotos. Ellos han estado aquí por 12 horas, haciendo sesiones, entrevistas, luego sesiones, luego entrevistas, y así. Lucen cansados. Pero, ellos dicen que están felices de hacer todo eso.
“Debemos hacerlo, no hay sentido en quejarse”, dice Gerard mientras se acerca la última entrevista del día. “De alguna forma me siento como en una oficina. Creo que es bueno verlo de esa forma porque me enfoca más y me quejo menos. Estoy aquí para trabajar, pero también para pasarla bien.”
Y es ese reciente sentimiento lo que guía la luz de la banda ahora: ellos quieren divertirse.


Previamente las giras se habían convertido en algo semejante a una tarea para la banda mientras las fechas parecían interminables en el horizonte. Para el final del proceso que acompañaba su tercer álbum The Black Parade, ellos dijeron sentirse en un triturador de quesos. Estaban determinados a no repetirlo otra vez.
“Sólo quiero que tengamos una aventura con este disco”, dice Gerard. “Creo que con Parade nos robaron eso. No me estoy quejando sobre eso y no es culpa de nadie, siento que fuimos a lugares asombrosos pero realmente no los vimos ni los disfrutamos. Pasamos por mucha mierda y nos cansamos y hartamos, pero esta vez solo quiero tener una gran aventura con mis amigos.”


La actual aventura en el Reino Unido comenzó un día antes, cuando Gerard, Ray y Mikey llegaron en el vuelo de las 9:30 de la mañana desde los Estados Unidos; Frank llegó más tarde en un vuelo diferente desde New Jersey. Luego, Gerard se fue de compras.
“Encontré esta tienda llamada Selfridges”, dice con los ojos muy abiertos y llenos de júbilo. “Nunca había ido antes. Perdí mi maldita mente allí.”
Él se arrastró en el enorme departamento de compras de Londres, entusiasmado probándose ropa y luego secretamente maldiciendo a la persona que lo llevó allí.
“Él estaba preguntándome ‘¿Qué mierda estabas pensando cuando me trajiste aquí?’,” dice Ray. “Él estaba comprando demasiado.”
Cuanto gastó, es algo que lo pone tímido revelar.
“Bueno, tengo esta chaqueta, tengo esa cosa, tengo esto…” dice, comenzando a hacer una lista de sus compras. Luego se detiene y observa mortificado. “De hecho no puedo decir cuánto gasté, sería vergonzoso! La gente pensará que soy un imbécil. Dirán ‘Este tipo se vendió’. Eso es cuanto gasté.”
Sus compañeros de banda se burlan del horror en su cara, luego se echan a reir.
Es un sonido agradable de escuchar, esa risa de My Chemical Romance. Mientras que la gira de The Black Parade había enterrado eso, fue una cosa rara que evolucionó en la banda.


Recientemente, han estado haciendo mucho mientras el espíritu de la diversión y la aventura se ha fundido más en sus esfuerzos.
Primero vino el video que hicieron para acompañar Na Na Na, el primer single del álbum, en el cual corren por el desierto haciendo explotar todo. No se necesita demasiado para decir cuán divertido debió ser eso.
“La idea era…nosotros diciendo: ‘lo que sea,” dice Gerard. “Pensabamos muchas cosas locas y luego hicimos que sucedieran.”
“Construimos una estructura, un mundo donde nosotros pudiésemos vivir,” dice Frank, “luego hicimos lo que quisiéramos hacer. Fue grandioso. Sólo pensábamos en hacer cosas divertidas.”
Luego de eso, filmaron el video para SING, el que sería el tercer single de Danger Days…en él, ellos gastaron mucho tiempo haciendo estallar a policías con pistolas laser.
“Sólo imagina: somos cuatro hombres ya crecidos, rodeando una oficina de policías y disparándoles por horas,” dice Gerard. “No hay una presentación musical en el video, solo somos nosotros disparándole a los policías. Fue como ser un niño.”
“Imagina cuán divertido fue eso,” dice Ray. “No podía creer lo que estábamos haciendo. Ese es el tema de este disco: pasarla bien.”


Diversión es algo que ellos también tienen cuando están jugando. En medio de las balaceras y explosiones, ellos han pasado las últimas semanas ensayando intensamente en Los Angeles. Luego de grabar Danger Days…en un estudio, en lugar del encuentro en vivo, los ensayos marcaron la primera vez en dos años que la banda tocaba junta como grupo.
“La pasamos tan bien” dice Mikey. “Fue tan divertido tocar juntos otra vez. Había un par de canciones que no podíamos parar de tocar. Tocamos The Kids From Yesterday tantas veces, una y otra vez. El chico que trabajó con nosotros en el estudio vino cuando finalmente terminamos y dijo ‘Hey! Sigan tocando esa canción!’. Estabamos tan extasiados.”
También tuvieron que asentar al nuevo baterista Mike, quien tocó con The Bled y Gavin Rossdale, y se ha unido a la banda para las presentaciones en vivo reemplazando a Bob Bryar.
“Él nos hace sonar como animales”, dice Gerard del nuevo hombre. “Él realmente masacra la batería, he tenido que hacer menos trabajo ahora, él nos hace lucir rudos.”
“Con Pedicone, hay una intensidad y energía diferentes”, dice Ray. “Él levantó nuestras vibras inmediatamente. Hemos estado improvisando por media hora entre medio de las canciones y él ha encontrado acentos que antes no estaban ahí. Eso ha sido de verdad muy emocionante.”


También han tenido que resolver cómo tocar las nuevas canciones ya que éstas fueron construidas en el estudio, lo que significa que nunca antes las tocaron como una banda.
“Nunca tocamos SING todos juntos, por ejemplo,” dice Frank. “Fue escrita pieza por pieza en el estudio, comenzando con una mezcla de batería, luego se adhirió una melodía. Así que básicamente tuvimos que trabajar para aprender como mierda tocarla en vivo.”
“Traspasar las canciones de The Black Parade para tocarlas en vivo fue algo aterrador,” dice Gerard. “Hay canciones en ese disco que aun son un horror extremo al tener que tocarlas en vivo. Esta cosa fue completamente opuesta. Incluso las canciones que tienen elementos digitales, con muestras y todo, son liberadoras de alguna forma, por que suenan grandiosas.”


Mientras My Chemical Romance habla, cada tanto suena un teléfono. Uno de esos rings es un mensaje de la esposa de Frank, conteniendo una reciente fotografía de sus recién nacidas gemelas, Cherry y Lily, disfrutando su primer día en la playa. Él luce momentáneamente dolido al verse al otro lado del mundo, perdiéndose aquello. Luego se rie.
“De hecho, ellas lucen bastante enojadas de estar en la playa. Pero, no, es realmente difícil. Si extrañas mucho. Las extraño más de lo que alguna vez pudiese imaginar extrañar algo. Pero amo estar en una banda también y debemos estar aquí. Soy afortunado de poder hacer las dos cosas.
Nunca pensé que diría esto, pero gracias a Dios por la tecnología. He estado en contra de la tecnología durante toda mi vida, pero hasta que tuve a mis bebés y tuve que irme, me di cuenta de lo grandiosa que puede ser.”
Gerard también ha tenido que dejar atrás a su hija Bandit, algo mayor que las niñas de Frank. A diferencia de Frank, él aún no ha estado agarrado a la tecnología para verla.
“Tendré que aprender a usar toda esa cosa de Skype porque no tengo idea como hacer eso”, dice. “Supongo que tengo más tiempo que Frank para prepararme por no estar con mi familia, pero todavía es difícil estar completamente preparado para esa primera vez que debes irte. Pero cuando ella sea mayor, podrá venir a los conciertos. Le pondré esos audífonos gigantes. O podrá comenzar una banda con las niñas de Frank. Tienen nombres lo suficientemente locos para una banda, ¿cierto?.”


Al día siguiente, los pensamientos sobre su vida en sus hogares están lejos de su mente. De hecho, cuando llegan al escenario de Hammersmith, los pensamientos sobre cualquier cosa deben ser duros, así como el total de la pared de sonido que crece cuando ellos aparecen.
El volumen de gritos es simplemente abrumador; un gemido largo que explota en un rugido agudo que explota en una espera ensordecedora. Esta no es una reacción ordinaria de ver en una banda; esto es algo que va más lejos de los límites normales de ser un fanático. La recepción que ofrecen a My Chemical Romance es algo cercano a la devoción. Es un hormigueo en la columna vertebral y todos aquí esta noche parecen conocerlo.


Mientras los proyectores llenan el lugar, mientras la banda comienza el set, la gente entra en crisis entre ellos, tratando de acercarse entre apretones para estar más cerca de la banda. Desde el final de la sala, puedes escuchar apenas lo que está sucediendo en el escenario, con un largo y profundo grito desde la audiencia. Si MCR tiene alguna preocupación de que la gente los haya olvidado en estos dos años que estuvieron lejos, eso ha desaparecido con las primeras notas de Na Na Na. Si estaban preocupados de que ya no tuviesen aquella magia, les han repetido constantemente esta noche que, ellos la tienen a sus anchas.


Es un show extraordinario, especialmente hecho por la reacción del público. Mientras Frank da vueltas hacia atrás, mientras Gerard besa a alguien del público, mientras Mikey gira y Ray se recarga desde el frente del escenario hacia atrás, sientes que My Chemical Romance lo sabe también.


Más tarde, ellos no se encuentran drenados en el camerino. Ellos no están tan cansados limpiándose con toallas. En vez de eso se encuentran bebiendo unos tragos, tranquilamente aliviándose de su noche, conversando con quien sea que estuviese tras de los escenarios.
“Hubo mucho amor en esa sala”, dice Gerard, sonriendo de oreja a oreja. “Desde el frente a la parte trasera, desde el fondo hasta arriba, todos parecían muy felices de vernos. Cuando salí, miré a Ray y literalmente no podía creer lo que estábamos por hacer. Sentí como si fuese un sueño. Sentí como si nunca antes lo hubiera hecho. De pronto la canción comenzó y pensé ‘Woah! Es mejor que lo hagamos!’. Nunca me sentí así antes. Nunca. Se sintió tan malditamente bien, de verdad muy bien.”



“Hubo un momento a mitad del camino en donde me di cuenta que esto es lo que hago,” dice Frank. “Pude haber tocado toda la noche. No puedo creer cuan afortunados somos. ¿Conoces esa escena en la película Reservoir Dogs donde todos se van a trabajar? Tan pronto como escuché los rugidos del público, me sentí listo para matar la mierda. No dejo de pensar, no puedo esperar a que mis hijas crezcan para que vean lo que sus padres hacen.”
Mientras el camerino se llena de gente bienvenida, con amigos, gente de la compañía disquera, espectadores y encargados, el volumen de las conversaciones llega alto. Pero después de todo, son sus cuatro voces las mas fuertes de entre todos, y todo lo que ellos hacen es hablar de lo que acaban de hacer. Porque, para My Chemical Romance, esto no fue otro show más. Esto fue su regreso.
“Se siente como que estamos destinados a hacer esto,” dice Ray, finalmente. “Cuando estábamos en el escenario, recién, sentimos como que volvimos a casa. Se siente tan bien estar de vuelta.”


Agradecimientos: You're Not In This Alone.

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