Cuando las luces se apagaron el concierto de My Chemical Romance del 9 de Mayo de 2008 en el Madison Square Garden, el final de la banda estuvo muy cerca. Los cinco bajaron del escenario con un remolino de emociones encontradas.
Este era el concierto que siempre habían soñado dar. Este era el lugar que Gerard Way y su hermano Mikey habían soñado encabezar desde que vieron a los Smashing Pumpkins tocar ahí en 1997. Fue esa noche, tantos años atrás, que decidieron empezar una banda, habría sido bastante adecuado si, 13 años más tarde, todo hubiera terminado en el mismo salón icónico.
El concierto en el Madison Square Garden debió ser un momento de triunfo, y en realidad, lo fue. Fue una culminación, una celebración, y una conclusión de todo lo que habían logrado. Fue el final de The Black Parade, el monumental álbum conceptual con el que habían pasado de ser la banda que podían ser, a la bande que eran. Pero, de alguna forma, no se sentía como la victoria que debió ser.
Mientras las últimas notas de Helena resonaban en aquel vasto anfiteatro, mientras los fans gritaban sus nombres sin ser consciente de que apenas verían la superficie durante los siguientes dos años y medio, pudo ser un momento para reflexionar sobre todo lo que había pasado en los seis años anteriores. En ese tiempo, desde el lanzamiento de Three Cheers For Sweet Revenge, su segundo álbum, en Junio de 2004, ellos vagaron por un torbellino en el que sus vidas personales fueron examinadas minuciosamente, mientras ellos peleaban contra adicciones, depresión y las lanzas y flechas de la prensa británica. Tuvieron triunfos alrededor de todo el mundo, millones de álbumes vendidos, giras agotadas, habían tocado con sus héroes y se habían convertido héroes para otros. También habían sido, a pesar de eso, demonizados como los líderes de un culto suicida, atacados, embotellados y traicionados. Y de lo que se dieron cuenta cuando bajaron del escenario del Madison Square Garden, es que estaban cansados de todo eso.
Un abrumante cansancio físico, mental y emocional los envolvía como una enorme capa negra. Mientras Gerard se secaba a sí mismo en los vestidores, ni miraba hacia el pasado, sino hacia el futuro – y no estaba seguro de que hubiera un lugar para My Chemical Romance ahí. Se dio vuelta hacia el guitarrista de la banda, Ray Toro.
“Ray me dijo ‘Quizá necesitas un descanso, quizá necesitas irte y sacarte esas cosas del sistema”” nos cuenta Gerard ahora “Recuerdo haber dicho esa noche ‘Si nunca volvemos a hacer esto, gracias’. Lo aterrorizador era que se sintió bien decir eso. Se sintió adecuado.”
Y no era el único. Cada miembro de la banda estaba pensando lo mismo: pensaban que tal vez My Chemical Romance había cumplido su ciclo. Tal vez ya no quedaba gasolina en el tanque.
“Hubo heridas, sobre muerte, sobre enfermedad [durante la gira de The Black Parade]” dice el guitarrista de la banda, Frank Iero “De verdad, parecía que nos habían pasado por un rayador de queso. Estábamos dejando pedacitos de nosotros por todo el mundo. Cuando algo te agota tanto como nos dejaron después de Black Parade, terminas sin saber si quieres seguir haciéndolo. Todavía tienes la pasión, pero ya no el deseo. Había algo en el fondo de mi mente preguntando ‘¿Todo esto va a pasar de nuevo? ¿O ya terminamos?’”
“El concierto en el Madison Square Garden de verdad se sintió como si fueran los créditos finales” dice Mikey. “Fue raro. Se sintió como si hubiera sido el final.”
Es extraño cuando los actuales cuatro miembros de My Chemical Romance miran atrás hacia ese momento. Muchas cosas parecen haber cambiado.
Todos están casados ahora, Gerard – con su cabello de momento teñido de rojo vívido – tiene una hija de un año y medio, mientras que Frank ha llegado al hotel Sunset Marquis en los cómodos alrededores de Los Ángeles poco después del nacimiento de sus gemelas de seis semanas de edad. Muchísimas vivencias han ocurrido desde el 2008, mucho crecimiento.
Sin embargo, el tener familias no es lo único que es diferente. Han quedado solo cuatro miembros desde la partida del anterior baterista Bob Bryar en Marzo de este año. Pero ese no es el cambio más notable: lo que My Chemical Romance tiene ahora sobre sí mismo es algo que parecía completamente inalcanzable dos años y medio atrás, tienen positivismo. Tienen una confianza feliz y radiante.
Está con ellos mientras caminan por los jardines soleados que hay por aquí, el cabello de color caramelo de Gerard brillando al sol, la remera de amarillo brillante de su hermano acaparando la vista. Está en las sonrisas que ponen al saludar, en los abrazos cálidos y los apretones de mano que ofrecen, el encanto con el que agradecen que hayamos venido a hablar con ellos. Por extenuantes que hayan sido las circunstancias por las que pasaron, nunca había habido tanto color en ellos. Especialmente no después que The Black Parade se convirtió en una locura.
“Estaba melancólico en esos tiempos. Era muy confuso. Era una tormenta” dice Mikey. “Apenas recuerdo a ese tipo. Todos estamos en un momento diferente de nuestras vidas ahora. Algunas personas creen que toma décadas cambiar, pero a veces puedes cambiar en un par de años. Todos estamos muy optimistas. Todos hemos crecido.”
Es una gran diferencia de donde estaban. Pídeles que pinten una fotografía del final del ciclo del álbum The Black Parade, y se verán tristes solo hablando al respecto.
“Físicamente fue difícil, pero el esfuerzo mental fue lo peor” dice Ray. “Habíamos sido llevados al punto donde, creativamente, sentíamos que no teníamos nada más que dar. Eso fue lo peor.”
“Estábamos demasiado en las caras de las personas” agrega Frank. “Incluso nosotros nos cansamos de ello. Al final de la gira, hacía dos años que álbum había sido lanzado. Era un sombrero viejo.”
The Black Parade, que fue lanzado en Octubre de 2006, fue siempre un álbum que tuvo un deber mental determinado, de su nacimiento a su muerte. En el estudio, mientras lo grababan, Mikey fue empujado tan cerca del límite que tuvo que dejar la banda y buscar terapia. El impacto que le siguió, y la frenética gira que demandó, también tuvo un alto costo en la banda. My Chemical Romance, y Gerard en particular, se convirtieron a la misma vez en los líderes de un tumultuoso movimiento en el que no deseaban formar parte – emo – y sus principales villanos. Los periódicos sensacionalistas los culparon por el suicidio de una adolescente, mientras que otros chicos vestidos de negro eran apaleados por unos matones en México, la culpa era, de alguna manera, de My Chemical Romance. Y era porque The Black Parade se había convertido en algo más grande que la banda, y se encontraron sorprendidos y horrorizados cuando ya no pudieron controlar lo que habían creado.
“Creo que eso fue lo que me consumió más” dice Gerard. “Se sentí como si tuviera que ser capaz de controlar la reacción hacia el álbum, lo que no se puede hacer. Luego sentí que podía controlarlo explicándome una y otra vez. A veces incluso me estaba disculpando – en realidad, era una completa mierda ¿Cómo me convertí en ese sujeto? ¿Cuándo me volví el tipo que se disculpaba por el trabajo que él y sus amigos habían hecho?”
“Creamos algo y lo soltamos sobre el mundo, y un año después, había tomado vida propia” dice Frank. “La gente lo interpretaba de maneras extrañas. Era una versión bastardeada de lo que habíamos hecho. Se puso extraño.”
“Era un álbum que se podía entender a tantos niveles” asiente Gerard. “Fue realmente difícil y tuve un alto costo en mí. La gente en México eran asesinadas por odio porque usaban negro y en cada lugar al que íbamos, eso era de lo que la gente hablaba – no hablaban de la música. Eso me disgustaba. Solamente hablaban de rimel y estupideces así. Me di cuenta que el mundo es un animal salvaje, y no puedes cambiarlo ni controlarlo. No puedes manejarlo, él te manejará a ti. eso fue lo que aprendí, y me sentí muy pequeño.
My Chemical Romance encontró muy extraño el tener que ajustarse a la vida real después de terminar con The Black Parade. El simple hecho de estar en casa era diferente.
“Era muy, muy raro” dice Frank. “Quizá es un poco egoísta, pero cuando te vas, crees que todo lo demás se detiene. Solamente eres testigo de tu mundo, luego vuelves a casa y todos están jodidamente viejos. Pasan mierdas cuando no están que tú no entiendes.”
Gerard se mudó de Nueva Jersey a Los Ángeles con su nueva esposa Lyn-Z, la bajista de Mindless Self Indulgence, y se puso a escribir cómics, habiendo escrito ya The Umbrella Academy, por el cual ganó un Eisner Award. Comenzó a trabajar en un nuevo proyecto también, The True Lives Of The Fabulous Killjoys, y su cabeza fue inundada por pistolas láser, autos musculosos y personajes enmascarados. Fue en esta vida lejos de la presión y los reflectores en la cual empezó a sentir que encajaba mejor.
“El Einser [Award] fue realmente grande para mí” dice. “Fue aterrador al mismo tiempo, sin embargo, porque había otra cosa que me decía ‘Hey, puedes seguir haciendo esto. No tendrás una gran carrera, pero puedes vivir de ello.’ Había una parte de mi pensando ‘No quiero ser más un cantante.’”
“La cosa sobre hacer cómics es que nadie te pregunta sobre tu vida personal, no te preguntan sobre las drogas que solías tomar, no te preguntan si estás rompiendo con alguien. Hablan sobre el trabajo. Desearía que la gente hablara sobre el trabajo en la música. En la música, la gente quiere saber lo que te altera, en los cómics, a nadie le importa.”
“Conversamos bastante con Gerard sobre si quería seguir con [la banda] por ese entonces” dice Ray. “Le seguía diciendo que necesitaba un descanso, que necesitaba vivir su vida. Pero su cerebro siempre está vibrando con nuevas ideas: siempre se está preguntando qué es lo siguiente que va a hacer. Lo que lo asustaba es que, con la banda, no sabia qué era lo siguiente que iba a pasar.”
“Exactamente eso era – no sabía qué seguía” dice Gerard. “Perdí la voz, y la confianza. Ya no sabía lo que estaba tratando de decir.”
Él no era el único miembro de la banda que estaba confundido. Frank, también, sentía que necesitaba sacarse a My Chemical Romance y a The Black Parade del sistema. Increíblemente, decidió hacerlo volviendo al ruedo. Su proyecto lateral, el visceral hardcore Leathermourh, fue su oportunidad de hacer algo diferente. Más que envolverse en grandes conceptos, su violencia y explosiviidad simplemente le dieron la oportunidad de reconectarse con la emoción de la música. En ese momento, el 2008 se convirtió en el 2009, y él habló de la necesidad de hacerlo solo “para permanecer cuerdo.”
“Era una locura verlo tocar – eran jodidamente increíbles” dice Mikey. “Fue de hecho, una de esas cosas que me hizo pensar, ‘Oye, ¿te acuerdas de esto? Era genial’. Me empezó a picar otra vez. Fui a ver a Weezer, a Radiohead y a los Pumpkins, y eso me hizo pensar ‘Tío, ¡hagámoslo de nuevo!’ Recordé lo que se sentía ser un fan de la música. Empecé a entender de donde venía.”
Para Enero del 2009, My Chemical Romance empezaba a volver al juego. Ray voló a Los Ángeles para trabajar nuevas ideas con Gerard.
“Creo que llegué la punto donde extrañaba tanto crear” dice el cantante. “Estaba haciendo cómics, pero sabía lo que extrañaba de verdad. Sabía que quería hacer música ¿Era el momento correcto? ¿Quién sabe?”
A la banda le habían pedido que contribuyera con una canción para la película del 2009, Watchmen, lo que ellos consideraron un honor (hicieron un cover de Desolation Row de Bob Dylan para la banda sonora). Regresar al estudio para grabar eso reavivó su deseo de hacer música juntos. Así que empezaron la pre-producción en Febrero de ese año, junto con el productor de AC/DC y Bruce Springsteen, Brendan O’Brien. Estaban determinados a que este nuevo álbum fuera completamente diferente a la bestia de The Black Parade.
“Se sentía que lo correcto era regresar a lo original” dice Ray. “Queríamos quitar todas las cosas como los disfraces, no queríamos escondernos detrás de nada. Fue con ese estado mental que empezamos a componer. Hicimos un montón de reglas sobre lo que la banda podía hacer, cómo podía sonar y lo que podía ser.”
Las reglas hicieron era variadas, pero todas parecían apuntar a una cosa: que My Chemical Romance debía rechazar el pasado y las enormes ideas conceptuales por completo.
“Yo arrojé un par de esas reglas” dice Gerard, “No va a haber ningún concepto era la primera. No habrá títulos interesantes para las canciones era otra – aunque creo que debí decir ‘pretenciosos’ en lugar de ‘interesantes’. Estaba empezando a maldecir todo lo que habíamos hecho en el pasado. No iba a haber ningún disfraz, ninguna pompa, nada de eso. Creo que estaba confundido. Creí que rechazar todo eso nos haría seguir adelante.”
Sabían exactamente lo que no querían hacer. Solamente no estaban seguros de lo que deberían estar haciendo.
“Creo que no tuvimos un panorama claro por un tiempo” dice Frank. “Sabíamos que teníamos la inspiración para crear, pero no sabíamos qué queríamos crear. [The Black Parade] era tan enorme, desde el momento de hacerla, a la gira y vivir de eso por dos años y medio. Tener que volver a ello inmediatamente significaba que nuestra reacción natural iba a ser correr para otro lado. Nos estábamos rebelando contra todo lo que habíamos sido antes y contra lo que éramos. Queríamos mandar nuestro mundo a la mierda. Pero al hacer eso, no creo que alcanzáramos todo nuestro potencial.”
Compararon todo lo que eran, removiendo las elocuentes ademanes que habían caracterizado a su música para hacer un álbum lineal, ligero y directo. Gerard habló del álbum como una carta de amor al rock-n-roll. Lo que la música no tenía, sin embargo, era el corazón.
“Nos divertimos haciendo las canciones” dice Ray. “Muchas de ellas eran muy crudas, muy impulsoras y llenas de energía. Pero el alma simplemente no estaba ahí.”
“Sacamos capa, tras capa, tras capa” dice Gerard. “Y me tomó todo la grabación de un álbum para que me diera cuenta ‘Demonios, no queda nada’. Y realmente me aterró, pensé ‘¿Esto es todo? ¿Este es el álbum que vamos a sacar para que la gente diga “Lo perdieron, perdieron su ambición”’?’”.
“Cuando empezamos a mezclar” dijo Ray “Gerard fue muy específico por el hecho de que simplemente no se sentía bien. Me vivía llamando, diciendo ‘Aquí falta algo’”-
De hecho, el cantante estaba trabajando con las canciones que tenían, tratando de compilar la lista de canciones. Supo que había un problema cuando solamente encontró dos canciones que le gustaban. Durante el proceso de mezcla, empezaron a lanzar más y más sonidos a su música en un vano intento de sacar más de ella.
“Estábamos apilando más vocales y empezamos a tocar con teclados” dice Gerard. “Ese fue el primer experimento que pasó durante todo el proceso, ¡y ya teníamos el álbum grabado! La única experimentación pasó durante la mezcla. Eso es bastante aterrador.”
“No es que las canciones fueran malas, es que no tenían la grandeza” dice Frank. “A todos los que la escucharon les encantó. Pero a nosotros no, y ese era el problema.”
“Era muy raro, empezamos a preguntarnos si nos habíamos vuelto locos” agrega Mikey. “Era como casarse con alguien que todos creen que es genial y tú piensas ‘Sí, pero no la conoces…’”
En algún punto entre todas las reglas, restricciones y regulaciones se habían perdido. Ya no eran My Chemical Romance. Gerard decidió que necesitaba espacio para respirar, así que desapareció en el desierto con su esposa y su hija, alquilando un solitario bungalow en el yermo. Lo que pasó a continuación lo cambió todo.
“Tuve una epifanía. Tuve una visión” dice. “Siempre había imaginado que este álbum tenía lugar en el desierto, pero no sonaba así por alguna razón. Mientras estaba ahí escribí una canción llamada Na Na Na, y me di cuenta que eso era lo que quería. Escrbí todas estas letras locas y eran temerarias y jodidamente atolondradas. Tuve una visión en mi cabeza y todo lo que había hecho para el cómic – las máscaras, las pistolas láser, los autos, todo – empezó a arremolinarse en mi cabeza.”
Cuando regresó con la banda, les mostró todo lo que había hecho. Una descarga pasó por todos ellos.
“Fue uno de eso momentos ‘¡Santa mierda!’” dice Mikey. “Se sentía como el comienzo otra vez.”
“Nos metimos en esa cosa nueva de inmediato, nos mentimos en ese nuevo sonido que habíamos estado esperando” dice Gerard. “Literalmente, caminamos hacia él. Y era ruidoso y fuerte y sabíamos que era mejor agarrarnos fuere. Sabíamos que ya no había reglas – simplemente teníamos que hacerlo.”
El viejo álbum, el que había tratado y tratado y tratado de hacer funcionar, fue dejado de lado.
“Na Na Na cambió el juego” dice Ray. “Teníamos que reevaluar todo al punto de empezar de nuevo. No podíamos ignorar la nueva energía. La música es como la corriente de un río, no puedes nadar contra ella. Si lo haces, estás jodido.”
Así que detuvieron todo lo que estaban haciendo y empezaron de nuevo. Donde una vez se sintieron reprimidos, ahora eran libres. Las ideas venían tropezando y sabían que era el momento de empezar de nuevo.
“Este álbum empezó como una carta de amor al rock-n-roll y terminó siendo una bomba de clavos” dice Gerard. “Cuando nos dimos cuenta que íbamos a re-grabar el álbum, miré a Mikey y dije una sola cosa: ‘Días peligrosos (Danger days), aquí vamos otra vez’.”
Lo que hicieron a continuación, fue prepararse para hacer el álbum más grande de sus carreras.
Continuará...
Agradecimientos theChemicalFamily
es increíble por todo lo que tuvieron que pasar para crear al fin "Danger Days"... PERO AL FIN ESTÁN DE VUELTA!!
ResponderEliminarcoincido con eso de que la gente tomó a "The Black Parade" como el CD "oficial" de los emos, cosa que no era, es o será. Por favor. Los verdaderos fans de MCR sabemos que ellos no quieren vernos convertidos en unos estúpidos tipos superficiales que se visten todo de negro! Es algo que la gente no entiende. Como bien dijo Gerard: "el mundo es un animal salvaje, y no puedes cambiarlo ni controlarlo".
En fin, lo bueno es que ya están de vuelta para darnos más de su preciosa música =)
DANGER DAYS: THE TRUE LIVES OF THE FABULOUS KILLJOYS!!!
Creo que todo lo que tuvieron que pasar fue necesario, una evolucion necesaria para llegar a donde estar ahora y ver las cosas como las ven ahora. Me dice que si en The Black Parade Gee y los chicos querían cambiar el mundo, con Danger Days solo dicen " esta es la mierda que tenemos, disfruta mientras puedas, joder".
ResponderEliminarLo único que de verdad, de corazón me molesta, es que no entiendan el mensaje con The Black Parade. Que no vean un buen disco de Rock ópera, si no que se fijen más en los uniformes y en las ideologías que en la música. eso es lo peor.
Pero, han vuelto, lo han hecho con fuerza, con COLORES, letras acidas pero optimistas, una jodida fiesta en el infierno, como tiene que ser, justo como tiene que sonar el rock and roll...
todos sus discos son diferentes, en todos se nota su evolucion, pero siempre SIEMPRE son ellos mismos... y yo los amo por eso
KILLJOYS MAKE SOME NOISE!!!!!!
XOXO