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miércoles, 6 de octubre de 2010

"Danger Days Un disco de Rock N Roll Americano"



Lo último de MCR es un álbum americano único de rock, aunque esté asentado en un futuro diatópico, en Bigger Than The Sound.
Por James Montogmery (@positvnegativ)

“Déjame hablarte sobre el hombre triste/Cállate y déjame ver esas manos de jazz"

Canta Gerard en “Na Na Na”, el primer single de Danger Days: The True Lives of the Fabulous Killjoys, y lo menciono ahora porque es una adaptación bastante apta del álbum entero, 50 raros minutos al límite, con enormes guitarras, aún más enormes coros y brillantes sintetizadores del siglo 23 que se prolongan en manos de jazz, golpes de puño y toda otra forma de gesticulaciones jubilosas, aunque le faltan emociones morbosas… en realidad, cualquier tipo de emoción que no pueda ser adecuadamente expresada sin cuernos de demonio dignos de Dio ni encendedores prendidos en lo alto.

Y ese es más o menos el punto, ¿no? Danger Days no está hecho para tocar las mismas profundidades turbias que The Black Parade o adoptar la misma pose de marginados que en Three Cheers For Sweet Revenge. Si hiciera alguna de esas dos cosas, serían un refrito – y probablemente muy aburrido – y My Chem no hace refritos. Ellos le prenden fuego al pasado y se alejan de la pira, tropezando en la oscuridad con solo las llamas para guiar el camino. Esto es una parte importante de lo que los hace una gran banda. Son temerarios, casi con culpa. Y Danger Days es definitivamente su álbum más temerario, orgullosa – y definitivamente – dándole un beso de despedida al pasado, enterrando el maquillaje de panqueque y el histrionismo elaborado por un álbum que vale un escueto, cruel, rock lanzador de misiles.

En el proceso, MCR se ha reinventado a sí mismo también. La banda con la ligera obsesión metrosexual a lo Queen y la debilidad por la teatralidad de Gran Forma Blanca, se ha ido. En su lugar, tenemos una pandilla de merodeadores del desierto vestidos con bandanas, una banda de forajidos a lo no-tomen-prisioneros, háganles-morder-el-polvo, envueltos en apestoso cuero y oliendo a sudor, sangre y gasolina. En determinado punto, durante el abrasador “Party Posin” – Way cita a los MC5 (“¡Echen a los atascos!”) y es especialmente adecuado aquí. Después de todo, no hay ningún cameo de Liza Minelli en Danger Days, pero hay varios de un monstruo Gila con voz de gravilla llamado Dr. Death Defying.

Para ese propósito, hay un salvaje, ventoso espíritu de libertad que sopla durante gran parte del álbum… la clase de sensación sexualizada que es desatada únicamente por autos rápidos, ruidosos y musculosos, Harleys alegres y con cabeza de tiburón martillo, y carreteras rojo sangre sobre carreteras abiertas. Es una cosa americana única – lo que prueba que, cuando Way le dijo a MTV News el año pasado que MCR estaba enamorado de la idea de ser una “banda de rock-and-roll americana”, lo decía en serio – y Danger Days es un álbum de rock americano único, aunque esté ubicado en un futuro diatópico. Toma sus entradas de MC5, el proto-punk de puños sobreactuados de Stooges (el cierre del álbum “Vampiro Money”) e incluso el pavoneo engreído de los Guns N’ Roses (las baterías triunfantes y las resonantes guitarras acústicas de “S/C/A/R/E/C/R/O/W” son un recordatorio mortal de las notas entrantes de “Paradise City”)

Espiritualmente, Danger Days le debe mucho al trabajo de otro gran ícono americano (y de Nueva Jersey): Bruce Springsteen. Porque una gran parte de los libros de canciones del Jefe, hablan casi exclusivamente de los ideales de dejar la pequeña ciudad por las brillantes luces de la ciudad, chicas mágicas con un poder para afirmar la vida y el ser salvado por el rock and roll un sábado por la noche. En varios punto, Way declara “Puedes huir conmigo en el momento que quieras” (“Summertime”) “Yo tengo un corazón a prueba de balas/Tú tienes una sonrisa con un punto vacío” (a una amante potencial en “Bulletproof Heart”) y “Cuando éramos jóvenes, solíamos decir/Que solo escuchabas la música cuando tu corazón empieza a romperse” (“The Kids Of Yesterday”). Brandon Flowers se esforzó mucho en hacer lo mismo en el álbum de The Killers Sam’s Town, la única diferencia es que MCR lo hizo bien. Porque ellos tienen las agallas para hacerlo. Porque son una máquina de rock-and-roll americana.

Y sí, tratar con arquetipos americanos es bastante fácil, pero Danger Days no es un álbum complejo. Es acerca de la alegría rápida y ligera del rock and roll tocado ruidosamente, la liberación espiritual de gritar tu canción favorita, el engreimiento de los guerreros armados y las pandillas de motocicletas, y los jo—calientes solos de guitarra. No hay lugar para la tristeza o las complejidades sociales. Es un ruidoso, agresivo, sin miedo y sin disculpas, un cuarto-y-a-fondo, pedal-contra-el-metal, balas-en-el-tambor, bichos-en-el-parabrisas, viaje apasionante. Y, en varias formas, es el álbum de rock más americano de la historia reciente. Lo que es probablemente lo que MCR tenía en mente cuando se pusieron a hacerlo (por segunda vez). Por supuesto, tuvieron que teñirse el cabello y adelantarse hasta el año 2019 para hacerlo, pero dado su pasado, no esperaría nada menos. “Somos una banda de rock americana” parecen estar gritando, haciendo eco de los sentimientos de Grand Fuck Railroad. “Desde el futuro”.
Agradecimientos:ChemicalFamily

1 comentarios:

  1. grax ahytus, como simepre, por la buena informacion qe encuntras...
    lo leí en ingles..pero tu sabs, no soy experta ajjaja...
    Saluditos!

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Lo último de MCR es un álbum americano único de rock, aunque esté asentado en un futuro diatópico, en Bigger Than The Sound.
Por James Montogmery (@positvnegativ)

“Déjame hablarte sobre el hombre triste/Cállate y déjame ver esas manos de jazz"

Canta Gerard en “Na Na Na”, el primer single de Danger Days: The True Lives of the Fabulous Killjoys, y lo menciono ahora porque es una adaptación bastante apta del álbum entero, 50 raros minutos al límite, con enormes guitarras, aún más enormes coros y brillantes sintetizadores del siglo 23 que se prolongan en manos de jazz, golpes de puño y toda otra forma de gesticulaciones jubilosas, aunque le faltan emociones morbosas… en realidad, cualquier tipo de emoción que no pueda ser adecuadamente expresada sin cuernos de demonio dignos de Dio ni encendedores prendidos en lo alto.

Y ese es más o menos el punto, ¿no? Danger Days no está hecho para tocar las mismas profundidades turbias que The Black Parade o adoptar la misma pose de marginados que en Three Cheers For Sweet Revenge. Si hiciera alguna de esas dos cosas, serían un refrito – y probablemente muy aburrido – y My Chem no hace refritos. Ellos le prenden fuego al pasado y se alejan de la pira, tropezando en la oscuridad con solo las llamas para guiar el camino. Esto es una parte importante de lo que los hace una gran banda. Son temerarios, casi con culpa. Y Danger Days es definitivamente su álbum más temerario, orgullosa – y definitivamente – dándole un beso de despedida al pasado, enterrando el maquillaje de panqueque y el histrionismo elaborado por un álbum que vale un escueto, cruel, rock lanzador de misiles.

En el proceso, MCR se ha reinventado a sí mismo también. La banda con la ligera obsesión metrosexual a lo Queen y la debilidad por la teatralidad de Gran Forma Blanca, se ha ido. En su lugar, tenemos una pandilla de merodeadores del desierto vestidos con bandanas, una banda de forajidos a lo no-tomen-prisioneros, háganles-morder-el-polvo, envueltos en apestoso cuero y oliendo a sudor, sangre y gasolina. En determinado punto, durante el abrasador “Party Posin” – Way cita a los MC5 (“¡Echen a los atascos!”) y es especialmente adecuado aquí. Después de todo, no hay ningún cameo de Liza Minelli en Danger Days, pero hay varios de un monstruo Gila con voz de gravilla llamado Dr. Death Defying.

Para ese propósito, hay un salvaje, ventoso espíritu de libertad que sopla durante gran parte del álbum… la clase de sensación sexualizada que es desatada únicamente por autos rápidos, ruidosos y musculosos, Harleys alegres y con cabeza de tiburón martillo, y carreteras rojo sangre sobre carreteras abiertas. Es una cosa americana única – lo que prueba que, cuando Way le dijo a MTV News el año pasado que MCR estaba enamorado de la idea de ser una “banda de rock-and-roll americana”, lo decía en serio – y Danger Days es un álbum de rock americano único, aunque esté ubicado en un futuro diatópico. Toma sus entradas de MC5, el proto-punk de puños sobreactuados de Stooges (el cierre del álbum “Vampiro Money”) e incluso el pavoneo engreído de los Guns N’ Roses (las baterías triunfantes y las resonantes guitarras acústicas de “S/C/A/R/E/C/R/O/W” son un recordatorio mortal de las notas entrantes de “Paradise City”)

Espiritualmente, Danger Days le debe mucho al trabajo de otro gran ícono americano (y de Nueva Jersey): Bruce Springsteen. Porque una gran parte de los libros de canciones del Jefe, hablan casi exclusivamente de los ideales de dejar la pequeña ciudad por las brillantes luces de la ciudad, chicas mágicas con un poder para afirmar la vida y el ser salvado por el rock and roll un sábado por la noche. En varios punto, Way declara “Puedes huir conmigo en el momento que quieras” (“Summertime”) “Yo tengo un corazón a prueba de balas/Tú tienes una sonrisa con un punto vacío” (a una amante potencial en “Bulletproof Heart”) y “Cuando éramos jóvenes, solíamos decir/Que solo escuchabas la música cuando tu corazón empieza a romperse” (“The Kids Of Yesterday”). Brandon Flowers se esforzó mucho en hacer lo mismo en el álbum de The Killers Sam’s Town, la única diferencia es que MCR lo hizo bien. Porque ellos tienen las agallas para hacerlo. Porque son una máquina de rock-and-roll americana.

Y sí, tratar con arquetipos americanos es bastante fácil, pero Danger Days no es un álbum complejo. Es acerca de la alegría rápida y ligera del rock and roll tocado ruidosamente, la liberación espiritual de gritar tu canción favorita, el engreimiento de los guerreros armados y las pandillas de motocicletas, y los jo—calientes solos de guitarra. No hay lugar para la tristeza o las complejidades sociales. Es un ruidoso, agresivo, sin miedo y sin disculpas, un cuarto-y-a-fondo, pedal-contra-el-metal, balas-en-el-tambor, bichos-en-el-parabrisas, viaje apasionante. Y, en varias formas, es el álbum de rock más americano de la historia reciente. Lo que es probablemente lo que MCR tenía en mente cuando se pusieron a hacerlo (por segunda vez). Por supuesto, tuvieron que teñirse el cabello y adelantarse hasta el año 2019 para hacerlo, pero dado su pasado, no esperaría nada menos. “Somos una banda de rock americana” parecen estar gritando, haciendo eco de los sentimientos de Grand Fuck Railroad. “Desde el futuro”.
Agradecimientos:ChemicalFamily

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